Bonito

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Max estaba a la espera del mayor regaño qué ha recibido por parte de Christian Horner y posiblemente un intento de homicidio de parte de Charles.

Había pasado un mes y seguía sin poder entender que sucedió o de donde tomo el coraje para besar a Checo. Siempre que lo recordaba se llenaba de pena y terminaba totalmente rojo, Victoria se burlo diciendo que actuaba como un adolescente pero así se sentía. Paso noches enteras rememorando lo que paso temiendo olvidar la sensación en sus labios.

Sensación que, aún avergonzado, le ayudo a pasar su celo. Era muy normal que como siempre estaban dopados de supresores durante la temporada, durante sus vacaciones el celo llegará con fuerza. Fue el primero que Max vivió en el cual su lobo gritaba un nombre tan expecifico y solo pudo aferrarse al recuerdo del beso y del aroma de su compañero.

Durante las vacaciones se comunicaba con Checo a través de mensajes o llamadas durante las horas que compaginaran entre sus distintas zonas horarias. No hubo ni un solo día en el que no hablaran.

Y unas semanas antes de reiniciar la temporada se le pidió asistir a la fábrica para entrenamientos y análisis individuales y fue donde emocionado le contó a Christian lo sucedido en Hungría.

—Cuando paso todo creí que me golpearia ¡Te lo juro! Pero no, solo estaba todo rojito y....

—Y huiste.

Si, intenta olvidar eso. 

Su autoimagen poderosa de un alfa qué roba un beso a su omega se ve opacada cuando de la vergüenza salio corriendo dejando a Checo detrás de él.

El mexicano no había dicho nada sobre ese suceso pero el que contestara siempre sus mensajes le hacía demasiada ilusión.

—¿Lo de esperar no se te da bien, verdad? —Empezó el discurso de Horner— Sergio te cuenta algo tan importante como Jules y tu primera reacción es besarlo... ¿Qué haré contigo?

Christian comienza a hablarle sobre lo malo que era ser impulsivo, respetar tiempos y al menos ser lo suficientemente valiente para enfrentar las consecuencias de sus actos.

—¿Tu sabias lo de Bianchi y Checo?

Horner quedo congelado por unos segundos

—Se puede decir que si.

—¿Por que no me lo dijiste?

—No era mi responsabilidad.— Le molestó un poco que ni siquiera lo estuviera viendo a los ojos pero creía entender el porqué.

—¿Como eran? Ya sabes, juntos.

—Eran una pareja de envidia. Parecían felices todo el tiempo y sé que se amaban demasiado.— Nada ganaría mintiendole a Max aún cuando le dolió un poco ver su expresión desanimada.

—¿Crees que él me pueda llegar amar algún día de esa forma?

—¿Crees que él me pueda llegar amar algún día de esa forma?

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¿Cuantas victorias para tu corazón? ChestappenDonde viven las historias. Descúbrelo ahora