¡Viva México, Señores! 2/2

923 131 43
                                    


Sergio cobró venganza ese fin de semana.

Max se pregunta como no se dio cuenta.

Antonio y Marilu estaban muy felices. Toño no tanto.

Resulta que muy similar a lo sucedido en Bélgica, la familia de Checo le había dicho que invitara a Max a pasar el día con ellos para celebrar el podio y conocerlo mejor.

La cara de Max cuando llegaron a la casa donde se estaban quedando y ser recibido por los padres del omega fue para fotografiar.

Desde que llegaron, el señor Pérez no dejó de ofrecerle cosas a Max desde una cerveza hasta frituras, Totopos con salsa o cualquier entremedio que fuera saliendo.

Max no dejaba de decir que era lo más delicioso que jamás había probado y se notaba la sinceridad de sus palabras en sus ojos. Estaba maravillado con cada plato que llegaba y le pedía a Checo qué tradujera cada una de las recetas que Marilu comentaba.

La comida se convirtió en cena y la cena es una pequeña fiesta. Dejando de lado la mirada aterradora qué mantenía Toño sobre él cuando estaba cerca de Checo, todo había sido tan agradable y divertido.

Los padres de Sergio estaban encantados con el alfa neerlandes, el cual no desaprovecho ninguna oportunidad para ganar puntos con sus secretamente y esperanzadores futuros suegros.

Para la madrugada, los señores Pérez ya se encontraban preparandose para irse a dormir no sin antes haber arreglado o mejor dicho, mandar a Checo a buscar un colchón para que Max se quedara a dormir

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Para la madrugada, los señores Pérez ya se encontraban preparandose para irse a dormir no sin antes haber arreglado o mejor dicho, mandar a Checo a buscar un colchón para que Max se quedara a dormir.

Mientras Max esperaba a Sergio, Toño le pidió unos minutos para hablar solos.
Intentaba mantenerse tranquilo pero el sentimiento de que el hermano de Checo no parecía muy de acuerdo con su presencia lo había hecho sentir intranquilo todo el día.

—¿Te puedo pedir un favor, Max?— Le encaro el hijo mayor una vez que llegaron al jardín.

—Por supuesto.

Se notaba la duda en la cara del alfa mexicano, la cerveza que aun mantenía en la mano se volvía lo único capaz de observar por algunos segundos. Tomó varios suspiros tomar el valor de continuar.

—Cuida a Chequito por favor, parece que le agradas. No le rompas el corazón. — Max entendió la seriedad del tema de inmediato por la voz entre triste y amenzadora y se mostró firme ante el otro. — . No sé que pasó pero sé que el Sergio que deje en Francia no es el mismo Sergio que llegó a casa y se recostaba al lado de mamá en silencio.— Tal vez por eso Toño lucia tan serio cuando estaban juntos, llego a temer que no le agradaría pero ahora entiende que solo era un hermano intentando cuidar de su hermanito, entendía ese sentimiento. —Dicen que cuando un hijo busca el abrazo de su madre es porque esta destrozado y Checo estaba peor que eso.

Max sintió estar a punto de llorar. Podía visualizar a un Sergio llegar a la habitación de su madre y en silencio recostarse al lado con los ojos llorosos pero siendo tan orgulloso como para contarle lo que había pasado.

¿Cuantas victorias para tu corazón? ChestappenDonde viven las historias. Descúbrelo ahora