24: Orgullo

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Capitulo con algo de contenido explícito.❤️‍🔥

☆☆☆

Me gustas.

Una palabra mágica que soluciona muchas de mis inquietudes y me hace dar un paso importante. Asumo que soy alguien demasiado indecisa, que no siempre puedo ir en línea recta y me tambaleo todo el tiempo, pero cuando se trata de algo que deseo con demasiada fuerza las cosas fluyen de manera increíble.

Me gustaría poder ser así siempre... No titubear y simplemente hacerlo.

Peridot no dudó en bajar la bata de baño y llevar ambas manos para abrazarme de las caderas, como estamos a la misma altura ella simplemente se acercó hasta quedar a milímetros de rozar mis labios, esa incertidumbre me hace que quiera explotar todo, que me arda hasta la última célula de mi cuerpo.

Sus ojos me asechan como depredador y cuando siento que me apega con sus brazos volvemos a besarnos en lo que continuaba la música de mi teléfono y el equipo que está en la sala.

No pasaron ni diez segundos para que ambas empezáramos a descontrolarnos, su respiración se oye fuerte al igual que la mía y siento como me empieza a sacar del baño, yo solo sigo sus pasos. Cuando menos me doy cuenta me estaba llevando a mi habitación, ella me empuja a los pies de la cama y caigo sin nada puesto al mismo tiempo que se ponía sobre mí.

—¿Quieres algo rápido?—Dijo ella mientras besaba y lamía mi cuello.

—¿Cómo que rápido? ¿Ya te vas a ir?—Contesté tapando mis ojos con el antebrazo derecho.

—Iré a la marcha y venía por mamá, pero como se ve que estás sola quiere decir que se han ido.

—Así es...—Sentí como Peridot se salía de la cama para quedarse de pie.—¿Porqué te...?

En eso empiezo a ver como se quita los jeans rápidamente y los calzones. Me quedé viendo cada detalle de sus delgadas piernas, incluso cuando miré más arriba y vi su vulva sentí algo de alivio porque aún estaba creyéndome el cuento de que era un chico.

—¿No vas a sacarte lo de arriba?—Dije apoyándome de los codos para enderezarme un poco.

—¿Quieres ver mi delgadez en su máximo esplendor y burlarte de mi copa casi a?—Rió bajo.

—¡Tonta! Yo nunca me reiría de eso...—Inflé ambos cachetes y fruncí el ceño por la molestia.

—Bien... Voy a darte en el gusto.

Peridot finalmente usa sus brazos para quitarse lo que es su chaqueta, blazer y playera. Cuando veo que su brasiere tenía el típico relleno y detrás había un poco de vacío abrí más mis ojos pero porque realmente es plana, aunque al ver como se quitaba el cierre del sostén y éste se quedó sobre la cama pude contemplar por primera vez el cuerpo de Peridot sin nada.

Es muy delgada, se le notan un poco sus costillas tanto cerca del abdomen como arriba del pecho. Lo mismo ocurre con su clavícula, sus hombros y caderas.

¿Estará alimentándose bien?

Fue entonces que ella sin emitir una palabra más se acercó a la cama para colocarse sobre mí, sus antebrazos quedaron acostados para estar apegada a mi piel. Su cuerpo desnudo y el mio se fusionan al igual que nuestras bocas.

—¿Quieres saber como lo hacen dos chicas?—Dijo sonriendo y tocando mis senos con sus dos manos.

—¡Ahhh! ¿Porqué los aprietas?

—Porque me gusta hacerlo.—Contestó y se acomodó quedando de rodillas y rozando mi vulva con la suya.—Responde Lapis.

—La verdad...—Moví mi rostro hacia el lado de la vergüenza.—Si tengo curiosidad...

Con todos menos contigo! [Lapidot]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora