11. VERDE

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ACTUALIDAD.

VIOLETA.

Las cosas están un poco complicadas en el equipo, como siempre lo están cuando Chandler no Toma las decisiones y tenemos que quedar a nuestra suerte. O peor, convencerlo de que tenemos una buena idea.

—Ni muerto. —suspira Chandler al escuchar mi propuesta.

—Anímate zarrapastroso, son unas vacaciones canciones gratis —anima Tom—. Dai no asiste a la fiesta porque West la reconocerá, se vieron hace poco y yo no puedo dejar sola a mi hija tantos días, menos en la noche. Eres nuestra esperanza.

—Voy a ir de todos modos por trabajo. Además, yo no he cambiado mucho. Se nos jode el plan.

—Podemos arreglarlo —agrega Dai—. a ver, nunca has tenido el cabello corto. Yo digo que si te recortamos mucho, semi-rapado a los lados, alto arriba, te lo pintamos más oscuro o claro, lentes de contacto y un perfilado de cejas... hmm, a ver, encima usas unas gafas negras, ¡ya sé! también te bronceamos un poco más, guardarropa colorido.

—Entiendo la visión —la apoya Tom, quien sienta a Chandler en una silla y va señalando—. un tatuaje de Henna temporal y un corte en la ceja.

—¡Que mierda están diciendo! —les grita—. ¿en qué clase de delincuente me quieren convertir? No, no me gusta el cabello corto, ni los tatuajes, ni sus modas de mierda. Déjenme en paz, yo firmé ser la mente maestra del plan no el ejecutor.

—¿Vas a dejar a violeta sola y abandonada en esas fiestas de ricos? —tom arquea una ceja—. no lo sé Chandler, allí sacrifican seres humanos.

—Es cierto, hacen brujería y comen carne humana. —añade Dai a modo de broma.

—Pues le deseo suerte. —Chandler entorna los ojos.

—Mira, te puedo maquillar lo de la ceja, no falta cortarla. —insiste Dai.

—¡Aleja tus herramientas de mi cara ahora mismo!

—¡Oye no me hables en ese tono! ¡Vio, dile algo!

Actúo como si no los escuchara mientras me acabo el cereal de flores que me acabo de robar del refrigerador de Tom. Tenemos un par de días hasta el gran premio y los eventos, hay que prepararnos y para mi desgracia no tengo amigos, solo los mismos idiotas de cuando era adolescente.

De todas formas supongo que necesitaría una chica. Antes teníamos una más en el grupo. Siempre somos una mesa de cuatro con un asiento cercano.

—A ver, se realista, que es lo máximo qué harías por nosotros, mi querido agente secreto. —tom le pone una mano en el hombro, la cual Chandler retira disgustado.

—Nada, no voy a participar en esto.

—Una peluca, ¿sí? ¿eso está mejor? —propone Dai—. sí, una peluca de cabello negro rizado y te bronceamos en una cama solar. Eso con los lentes de contacto será suficiente, aunque en mi opinión, si te hace falta perfilarte.

—Te pago yo el bronceado, Violeta la peluca y el resto lo hace Dai. —explica con calma Tom—. y te compramos un helado en todo el trayecto para que estés contento.

—Váyanse al diablo.

Chandler intenta levantarse y Dai hace el intento de sostenerlo al cargar su peso en su brazo, pero él simplemente se levanta a sí mismo y a ella al mismo tiempo.

—Te estamos haciendo un favor —insiste Tom—. tienes la piel canela desaturada, tu cuerpo pide a gritos un poco de sol y menos trabajo.

—La cama solar no es sol, genio Collins.

No apto para cobardesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora