No apto para cobardes

22. ARCOIRIS

CHANDLER.

2025, mitad de año.

Violeta y yo éramos inseparables. Lo somos, pero lo éramos más en secundaria.

Había días donde luego de estudiar y de ir a la academia de danza, simplemente me quedaba en su casa. Sus padres me aman, confían en mí y a mí me gustaba el aroma a velas en su habitación. Cuando esto pasaba, eran como "pijamadas" con excepción de que en lugar de dormir, sobrepensabamos la vida o nos quedábamos viendo caricaturas del inicio de los 2010s.

Esa noche, simplemente estábamos perdiendo el tiempo.

—¿Cuál es el problema? —pregunto algo soñoliento.

—Todo, Chandler —responde Violeta tanto vueltas al espejo—. Es que he mirado a las chicas antes que yo, y he mirado a las chicas que le interesan, no hay nada de mí allí.

—No comprendo.

—Las he visto, todas son... Iguales y me siento fuera de lugar, son mujeres con carreras serias, con cuerpos más pequeños, con rostros similares. Tiene un tipo de hecho: Piel clara, cabello claro y corto, delgadas, sencillas. He mirado y...

—¿Qué demonios haces tú mirando quienes son "las anteriores" de tu novio?

—Curiosidad. Y ahora, inseguridad.

—No seas así de mala contigo, Violeta. Tú eres quien tiene ahora, es lo importante.

—«Ahora» —resalta ella—. No lo sé, simplemente creo que ellas son una tonalidad de alma distinta a la mía.

—¿A qué te refieres?

—Tú me conoces, Chandler, tengo sueños grandes y locos, quiero ir a por una vida donde viva del amor, del arte y ser lo más libre que pueda. Ellas quieren cosas distintas, no por eso son peores, de hecho diría que son mejores que yo, más estables, más elegantes, más centradas.

—Tu tonalidad de alma es irreplicable, no sé qué haces queriendo ser similar a un par de chicas que no conoces solo porque a un chico idiota le llamó la atención.

—Es que siento que soy vómito de arcoíris.

Yo estallo en una carcajada y Violeta arrastra sus pies a la cama, tirándose justo al lado mío, su cabeza sobre mi torso.

—Eres un espectáculo de colores —la regaño—. Tu alma es el arcoíris atrapado en un ser humano.

—¿Tú crees que soy lo suficiente buena para que alguien me quiera, Chandler?

Yo te amo.

Pero mi opinión en realidad no te importa tanto.

Si lo hiciera, estaríamos juntos. No lo estamos.

Dejo escapar un suspiro. Tengo la mirada fija en el techo. Debería haberme ido antes.

No debería tener este tipo de pensamientos.

Soy un idiota. Violeta es mi amiga, confía en mí plenamente como su amigo, se abre sobre lo que siente sola y en pareja y yo solo puedo pensar «yo podría ser mejor». Me detesto a mí mismo por ello.

Me detesto, aunque aún lo hago. Cada vez que se queja de ese idiota, que claramente no la quiere, mi mente entra en bucle.

«Yo podría tratarte mejor»

«Yo podría entenderte mejor»

«Yo podría amarte mejor»

Soy un cobarde, no tiene sentido ser valiente cuando no hay una guerra por pelear. No voy a robarle la novia a nadie. No voy a romper mis valores tan claros y rígido como un cristal antibalas. No voy a arriesgarme.