Cuando Severus Snape es obligado a visitar al niño que sobrevivió no esperaba que todo fuera de esa manera.
Obviamente los personajes y el mundo de Harry Potter no me pertenecen, eso es obra y gracia de la perra homofóbica de J.k Rowling, de resto t...
—asi es, pero no debes referirte a ellos como personas pequeñas, son duendes y tienen mucho poder, debes ser muy respetuoso con ellos, lo entiendes pequeña serpiente?— respondió arreglando con cuidado la capa que estaba usando el niño
Severus, Harry y él se encontraban frente a la puerta de Gringotts, registrarían al niño oficialmente como un Snape-Riddle.
Usarían su apellido y con el tiempo severus podría decidir agregar o modificarlos según el futuro se desarrollara
—Sip— asintió el niño dejándose hacer —Ahora puedo llamarlo abuelo? El señor Severus dice que el papá de un papá se llama asi— dijo el menor mirándolo con aquellos ojos verdes llenos de ilusión
—Por supuesto cariño, también puedes llamar a Severus papá, no es emocionante?—
Ante su comentario tanto el niño como su propio hijo se sonrojaron, "son adorables" pensó mientras tomaba la mano del menor para poder entrar al enorme banco, Severus hizo lo mismo con la otra mano del pequeño, todo iba a salir bien, tenía un buen presentimiento de esto
La entrada como siempre era lujosa, con elegantes ribetes de oro, enormes candelabros, decoraciones más antiguas que cualquier comunidad maga y por supuesto y no menos fascinante, gigantescas puertas doradas que llevaban a las intrincadas bóvedas
—Señor Riddle— saludo el duende de la entrada haciendo un corto asentimiento
—Mupkun— respondió con voz firme devolviendo un respetuoso inclinamiento — Vengo a una cita preacordada con Gripgold el guardián de las bóvedas Riddle, Snape, Prince y Gaunt—
El duente asintió y señaló con su mano una puerta que parecía haber aparecido en ese mismo instante
—Mi compañero Gripgold está esperándolo según lo acordado—
—Gracias Mupkun, que tu oro se multiple, tus bóvedas estén siempre llenas y la fortuna esté de tu lado— recitó enunciando las palabras que pocos magos conocían y los duendes más apreciaban
—que su oro se multiple, sus bóvedas estén siempre llenas y la fortuna esté de tu lado Señor Riddle, señor Severus y pequeño Harry Potter— contestó el hombrecillo en voz baja dejándoles pasar
Cuando habían dado unos cuantos pasos alejándose de la criatura, un pequeño tirón en su capa le indicó que Harry requería su atención
—Que sucede serpientita?— preguntó inclinándose un poco para que la conversación fuera ajena a oídos indiscretos
—El señor duende mukus sabía mi nombre— susurró el menor asombrado
Asintió y miró hacia su propio hijo, quien había vivido en carne propia el poder que los duendes guardaban recelosos de los magos
—los duendes esconden más poder del que te imaginas Harry— dijo antes de enderezarse y retomar el camino hacia la puerta entreabierta en donde Gripgold los esperaba
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