A veces, me preguntaba, sentada en la cama de mi habitación, que pensarían sobre mí los personajes de mis novelas si pudiesen salir de las páginas en las que estaban encerrados. Seguramente, se sentarían a mi lado, y estarían en silencio unos minutos procesando el hecho de que toda su vida, toda su historia, fue una ilusión, un producto de mi imaginación. Unas simples palabras que a su escritora se le ocurrieron.
¿Reaccionarían, según su personalidad, que yo misma describí tecleando en las teclas de mi viejo ordenador, o serían personas vacías, invisibles, que al salir del libro pierden toda su identidad?
Es triste pensar que yo puedo ser un simple personaje proveniente del aburrimiento de mi autor. Aunque, en realidad, no me importaría tanto. Sonreí. Al fin y al cabo, solo le pediría que me devolviese a mi historia y que escribiese un final feliz.
Apreté con fuerza la taza de chocolate caliente mientras miraba la lluvia caer por la ventana de mi solitario piso. Allí, descendiendo de las grises nubes y abriéndose paso entre las potentes gotas de agua, me pareció ver a Raphael, el guapo y apuesto personaje de mi historia más conocida, saludándome con la mano y una sonrisa cálida en su rostro. Su pelo negro, mojado por la lluvia, caía sobre sus preciosos ojos azules. Pero entonces, de repente, desapareció. Se esfumó.
Al igual que tu genuina sonrisa cuando de repente cierras la tapa del libro que estabas leyendo. Como si despertaras de un hermoso sueño.
Porque, sin duda alguna, enterrada bajo las magníficas letras de ese libro, viviste lo que al cerrarlo sería imposible.
Los escritores tienden a hacer a sus personajes muy guapos según su punto de vista. Porque es el único sitio donde pueden seleccionar exactamente a su persona ideal. Sin absolutamente ninguna imperfección. Escriben lo que les gustaría que pasase en la realidad, aunque no siempre tenga un buen final. Porque un buen libro, es el que tiene que dejarte sin aire cuando muere ese personaje. Porque siempre tiene que haber partes buenas que te hagan adorarlo tanto. Es que, pese a no acabar bien, a muchas personas les gustaría sentirse tan queridas como el lector quiere a su personaje favorito. Aunque muera al final.
Casi toas las personas prefieren morir pronto siendo amadas que tarde en soledad.
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El chico salido de tu historia
RomanceDafne es una escritora que no gana mucho dinero, pero un día, en un evento organizado por su hermano, conoce a alguien que puede cambiar todo. ¿Pero una chica antisocial como ella conseguirá enamorarlo? Y... ¿Podrá descubrir todos los oscuros secre...