Tyla se encontraba en la biblioteca de la Fortaleza, buscando explicaciones para lo que había leído en aquel misterioso pergamino. El día anterior había estado con su hermano, impidiendo buscar respuesta ante aquel pergamino. Su día en la fortaleza fue normal, pero Tyla esperó a que cayera la noche para adentrarse en la biblioteca.
En la mesa se encontraban libros dispersos. Buscó nuevamente el pergamino que tanto la había afligido el día anterior, pero la rubia no notó cuando el príncipe Rhaegar entró a la biblioteca, observándola con atención.
El príncipe admiraba la concentración de Tyla ante dicho papel, que aún no notaba su presencia.
—El príncipe que fue prometido...—la voz confundida de Tyla rompió aquel silencio.
—La oscuridad seguirá y destruirá el mundo de los vivos, y Poniente solo podrá sobrevivir si un Targaryen ocupa el Trono de Hierro—relató el príncipe, recitando la profecía del conquistador, arrancándole un susto a Tyla— "De mi sangre nacerá el príncipe prometido y su voluntad será la canción de hielo y fuego".
Tyla estaba atónita ante sus palabras.
—¿De qué hablas, Rhaegar?—Tyla se colocó de pie para situarse frente al príncipe.
—A través de sus sueños, Aegon El Conquistador anticipó el fin del mundo de los hombres —dijo Rhaegar, con su mirada fría fija en ella.
Rhaegar, con su melancólica mirada, observó a Tyla mientras ella sostenía el pergamino entre sus manos temblorosas.
—¿Lo has entendido, Tyla? La profecía es tanto una bendición como una carga. Habla de un príncipe, pero también de un destino sombrío.
El príncipe cargaba el peso de dicha profecía, siendo asfixiado ante la suposición de su tío-abuelo sobre que él sería el príncipe que nos fue prometido.
—Sí, lo he entendido—dijo Tyla, aún con el pergamino en mano— "De mi sangre nacerá el príncipe prometido"... ¿Qué significa esto para ti, Rhaegar? ¿Crees que eres tú?
—He vivido con esta sombra durante años. La gente espera que traiga un cambio, pero cada vez que miro al futuro, solo veo el caos. La canción de hielo y fuego... —Rhaegar hizo una pausa y Tyla pudo sentir la desesperación en su mirada—Es un eco de guerras pasadas y por venir.
—Pero también puede ser una esperanza —Tyla dejó aquel pergamino sobre la mesa, tomando el rostro de su amado príncipe entre sus manos—Si de verdad hay un príncipe prometido, tal vez sea la clave para unir los reinos y terminar con el sufrimiento.
—A veces, Tyla, la esperanza es más peligrosa que la desesperanza. Las expectativas pueden ser un arma de doble filo—Rhaegar colocó sus manos sobre las de la rubia buscando consuelo— La historia está llena de héroes que se convirtieron en villanos.
—¿Y si tú eres el héroe que este mundo necesita? No puedes permitir que el miedo te paralice. Debes luchar por lo que crees, por lo que la profecía sugiere.
—Luchar...—Rhaegar cerró sus ojos, cansado—Es lo que he hecho toda mi vida. ¿Y si la lucha solo trae más dolor? ¿Y si soy yo quien lleva el hielo y el fuego en mi sangre, condenando a todos a sufrir?
—No lo sabes hasta que lo intentes. La profecía no es un destino inevitable, sino una posibilidad. Tal vez juntos podamos darle un nuevo significado.
—Tu fe es admirable, Tyla—Rhaegar sonrió a la rubia—Quizás lo que necesito es alguien que me recuerde la luz en medio de la oscuridad. ¿Estás dispuesta a seguirme en este camino incierto?
Tyla sonrió ante lo dicho por el príncipe, uniendo así sus frentes.
—Si la historia nos ha enseñado algo—las manos de Rhaegar abandonaron el rostro de la rubia para abrazar su cintura— es que el amor y la valentía pueden desafiar incluso las profecías más aterradoras. Estoy contigo, Rhaegar.
—Entonces, juntos enfrentaremos lo que venga. Sabes que la batalla no será fácil, y los enemigos no descansarán hasta vernos caer—dijo Rhaegar, su voz grave resonando en la sala.
—Cada paso que demos ,lo haremos con valentía. La sangre de los Targaryen es fuerte, Estas destinados a cambiar el rumbo de esta historia —respondió Tyla, llenando sus palabras de determinación.
Rhaegar asintió, sintiendo que, a pesar del peso de su legado, tal vez aún había esperanza en las palabras de Tyla. La profecía se convertiría en su guía, pero también en su desafío.
—Si soy el príncipe que fue prometido, lo aceptaré. Pero si no, me aseguraré de que de mi linaje nazca aquel príncipe que fue prometido—declaró Rhaegar, su mirada ardiente de resolución.
Tyla selló sus palabras con un beso, lleno de ternura, a lo que el príncipe respondió inmediatamente, buscando su amor y consuelo.
—Juntos, Tyla. Juntos —susurró Rhaegar, mientras el destino de Poniente pendía de un hilo, y la historia de hielo y fuego comenzaba a escribirse.
La biblioteca fue testigo de las emociones de ambos, Tyla y Rhaegar solo tenían meses de conocerce,y aquel descubrimiento fue algo impactante que unirá a Tyla con Rhaegar para siempre.
Los libros a su al rededor fueron testigos de los besos apasionado, de las caricias, Rhaegar y Tyla sabia que no debían estar ahí.La tensión en aquella sala creía cada vez más, el calor de ambos aumentaba , los besos no cesaron. Tyla tenía sus manos sobre el pecho del príncipe repartiendo suaves caricias, en cambio, las manos del príncipe se encontraban en su cintura, apretando la misma, queriendo sentirla más cerca, Rhaegar bajaba cada vez más sus manos, alcanzando el borde de su vestido, colando así sus manos de bajo de este mientras besaba con pasión el cuello de tyla.
La rubia se encontraba facinada ante el principe,se sentía deseosa de sus caricias, Tyla sabía que lo que hacía no era correcto,pero estaba dispuesta a recibir las consecuencias. Tyla sintió los dedos del príncipe en su feminidad,sintiendo un placer que nunca antes había experimentado, la joven rubia podía sentir el miembro efecto del príncipe debido a su cercanía.A medida que la intensidad de su encuentro aumentaba, Tyla se sentía atrapada en una burbuja de deseo y fervor. Los murmullos del viento afuera eran un recordatorio de la realidad, pero en ese momento, todo lo que importaba era la conexión que compartían.
Rhaegar, sintiendo la vulnerabilidad de Tyla, se detuvo por un instante, mirándola a los ojos. Había un brillo en su mirada que indicaba que comprendía la gravedad de lo que estaban haciendo.
—No debería ser así— murmuró el principe, aunque su voz era un susurro lleno de anhelo. Tyla, sin poder evitarlo, sonrió, sabiendo que la atracción entre ellos era más fuerte que cualquier regla que pudieran seguir.
—Quizás no, pero esto se siente correcto—respondió ella, su voz temblorosa mientras se acercaba más a él, buscando ese calor que solo él podía proporcionarle. La tensión entre ellos se volvió eléctrica, y antes de que pudieran pensar en las consecuencias, se encontraron de nuevo sumergidos en un mar de besos y caricias.
Las manos de Rhaegar exploraban la suavidad de su piel, mientras que Tyla se entregaba por completo a la experiencia. Cada roce, cada susurro, era una promesa de algo más profundo. Sin embargo, en el fondo de su mente, una voz persistente le recordaba que el mundo real los esperaba, lleno de obligaciones y secretos.
Fue entonces cuando un ruido repentino interrumpió su momento. La puerta de la biblioteca se abrió lentamente, revelando la figura de un sirviente que parecía haber llegado en el momento más inoportuno. Ambos se separaron rápidamente, el corazón latiendo con fuerza en sus pechos, conscientes de que habían cruzado una línea que podría cambiarlo todo.
Rhaegar miró a Tyla, su expresión mezcla de deseo y preocupación.
—Debemos tener cuidado— dijo Rhaegar ,mientras el sirviente se disculpaba y se retiraba, sin darse cuenta del peligro en el aire. Tyla asintió, sintiendo el peso de la decisión que tenían por delante. ¿Podrían continuar con este secreto, sabiendo las repercusiones que podría tener en sus vidas y en el reino?
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The Lion's Promise||Juego de Tronos
Fanfiction||En dónde la jóven Leona se convirtió en la pieza más importante del juego de tronos. Está historia transcurre años antes de la rebelión de Robert y juego de tronos