El sol brillaba intensamente sobre los terrenos del instituto. Era viernes por la tarde, el día que todos habían estado esperando: el gran Torneo Interescolar de 2003. Los estudiantes bullían de emoción, llenando las gradas del gimnasio con un ambiente vibrante de apoyo y entusiasmo. Las banderas de la academia ondeaban en lo alto, y el sonido de los tambores de la banda escolar resonaba en el aire, acompañando los cánticos de los aficionados.
El equipo de básquet del BlueMarine High School, se preparaba en el vestuario. Abraham y Rodney estaban ajustando sus zapatillas mientras Ulises, el poderoso Husky Siberiano, practicaba unos tiros rápidos en silencio, concentrado. Marcus, el siempre sonriente dálmata, lanzaba chistes nerviosos para aliviar la tensión, mientras Collen, repasaba estrategias mentalmente. Freddy, el oso fornido y constante, terminaba de ajustarse la cinta en la cabeza, decidido a darlo todo en el partido.
-Chicos-dijo Rodney, poniéndose de pie frente a su equipo-Hoy es el día, Hemos trabajado duro para esto, y no vamos a dejar que nada nos detenga. Estamos en casa, frente a nuestra escuela, nuestros amigos, y sé que podemos lograrlo.
Ulises asintió con la cabeza.
-Hemos estado entrenando como nunca. Hoy les demostraremos lo que somos capaces de hacer.
-Eso es-añadió Abraham con su típico aire de confianza-No hay equipo que pueda con nuestra velocidad y trabajo en equipo.
-Así que nada de nervios-dijo Freddy con su habitual tono tranquilo, pero firme- Hoy es nuestro día.
Marcus se levantó, agitando las manos en el aire.
-¡A por ellos! ¡Vamos a darles una lección!
Collen, más silencioso, pero igual de decidido, asintió desde su asiento, lanzándole una mirada a Freddy. La tensión entre ellos por Amanda Burlock, la exnovia de Collen, todavía no se había disipado por completo, pero ambos sabían que en la cancha, debían dejar esos problemas personales de lado. Hoy, solo el juego importaba.
Los seis chicos salieron del vestuario con el sonido ensordecedor de los vítores de los estudiantes en las gradas. El equipo rival ya estaba en la cancha, vestido con uniformes rojos y negros, calentando con intensidad. Eran un equipo fuerte y reconocido en la región, pero el equipo de Rodney no se dejaba intimidar. Sabían que tenían la habilidad y la cohesión necesaria para ganar.
El árbitro, un gran León de mirada seria, sopló su silbato y el partido comenzó. La pelota voló por el aire y fue capturada por Ulises, quien la pasó rápidamente a Rodney. El ciervo, con movimientos ágiles, avanzó por la cancha, eludiendo a los jugadores del equipo contrario. Era rápido, casi imposible de detener, y antes de que nadie pudiera reaccionar, lanzó un pase perfecto a Collen, quien, con una destreza impecable, encestó el primer punto del partido.
El gimnasio estalló en aplausos y gritos. Los estudiantes de la Academia Fauna coreaban los nombres de los jugadores, mientras que los del equipo contrario se reagrupaban, sorprendidos por la velocidad del ataque inicial.
A medida que avanzaba el partido, se hizo evidente que sería un enfrentamiento muy reñido. El equipo rival jugaba con una estrategia agresiva, presionando en defensa y aprovechando cualquier oportunidad para contraatacar. Sin embargo, el equipo de Rodney mantenía la calma, trabajando en conjunto y adaptándose a cada jugada con una sincronización casi perfecta.
Abraham y Marcus demostraron ser una dupla imparable, corriendo de un lado a otro de la cancha y ejecutando pases rápidos que desorientaban al equipo contrario. Freddy, con su gran tamaño y fuerza, controlaba el área bajo el aro, asegurándose de que ningún rival pudiera penetrar la defensa fácilmente. Incluso cuando el equipo rival lograba acercarse, Ulises y Collen estaban allí para bloquear o desviar los tiros.
ESTÁS LEYENDO
"Rebeldes sin Causa"
FanfictionViaja a principios de la década de los 2000 junto con las irreverentes y curiosas aventuras de 6 amigos que podrán tener personalidades muy diferentes, pero al final del día siempre encontrarán la manera de salir adelante juntos. Cada uno de ellos...