Capitulo 23: Un Triángulo amoroso

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En la casa de Rebecca, el ambiente estaba cargado de tensión mientras los amigos se reunían para hablar sobre el dilema que envolvía a Andrew, Rex y Penélope. La loba blanca había ofrecido su casa como el lugar ideal para discutir todo lo sucedido de manera tranquila y privada. Mia, Nicole y Ulises estaban decididos a obtener respuestas para ayudar a su amiga Penélope a superar su enamoramiento por Andrew, mientras que Joy y Ned, preocupados por la situación, se preparaban para tener una conversación seria con Andrew.

Andrew, sentado en el sillón junto a Joy y Ned, notaba las miradas inquisitivas de los demás. La presión era palpable, pero antes de que alguien pudiera decir algo, su teléfono sonó. El perrito anaranjado vio el nombre de Rex en la pantalla y su corazón se aceleró. El tono coqueto y dulce de la voz de Rex al otro lado de la línea lo puso nervioso, pero también lo hizo sonreír de forma instintiva.

-¿Es Rex?-preguntó Joy, arqueando una ceja mientras Ned la miraba de reojo.

Andrew, con las mejillas ligeramente sonrojadas, asintió y se levantó del sillón para hablar más tranquilo. Joy y Ned intercambiaron miradas significativas, preguntándose si todo aquello era una coincidencia o parte de algo más grande. A pesar de la llamada, Andrew podía sentir las miradas de sus amigos, sabiendo que la conversación con Rex solo aumentaba las dudas sobre su relación con Penélope.

Mientras Andrew hablaba con Rex, Nicole, Mia y Ulises aprovechaban la oportunidad para tratar de averiguar qué había pasado exactamente entre él y el perro rojo. Ellos no querían atacar a Andrew, pero sentían que necesitaban entender la situación para poder ayudar a Penélope a cerrar ese capítulo de su vida.

-Si Rex realmente le gusta a Andrew, Penélope debe saberlo para seguir adelante-dijo Mia en voz baja, mientras Ulises asentía.

-Y si no, entonces tenemos que aclararlo ya, para que no haya más malentendidos-añadió Nicole, con una mezcla de preocupación y determinación en sus ojos.

Mientras tanto, en la otra habitación, Andrew terminaba su llamada con Rex, con el corazón latiendo a mil por hora. Sabía que el momento de enfrentar a sus amigos había llegado. Volvió al salón, sintiendo todas las miradas sobre él, y respiró hondo. Sabía que tendría que ser sincero y hablar desde el corazón, sin importar lo difícil que fuera la conversación.

-Está bien, chicos... supongo que es hora de hablar-dijo Andrew, rompiendo el silencio con una voz tranquila pero firme. Sabía que la charla que seguiría sería crucial, no solo para aclarar sus propios sentimientos, sino también para aliviar el dolor de Penélope.

Esa tarde, el grupo se reunió en el parque de atracciones, con la intención de pasar un buen rato juntos y, al mismo tiempo, encontrar la oportunidad para que Andrew y Penélope pudieran hablar. El ambiente estaba lleno de risas y emoción mientras las luces de la feria parpadeaban y el olor a algodón de azúcar flotaba en el aire.

Penélope llegó un poco después que los demás, y aunque todavía se le notaba un poco afectada, su semblante había mejorado considerablemente desde la última vez que la vieron. Mia y Nicole la acompañaban, asegurándose de que la tigresa estuviera bien.

-¡Vamos a la rueda de la fortuna!-gritó Ned emocionado, señalando una de las atracciones más altas del parque. Joy asintió de inmediato, y los demás lo siguieron, disfrutando del entusiasmo de su amigo.

Mientras los demás se dirigían a la fila para la atracción, Andrew se quedó un poco más atrás, observando a Penélope. Sabía que era el momento de hablar con ella y arreglar las cosas. Rebecca, quien notó la duda en el perrito, le dio un suave empujón en dirección a Penélope.

-¡Vamos, Andrew. Es ahora o nunca!-le susurró la loba con una sonrisa de apoyo.

Andrew respiró hondo y se acercó a Penélope, quien estaba distraída mirando un stand de premios. Al escuchar sus pasos, ella giró y lo vio, quedándose en silencio por un momento. Ambos intercambiaron miradas, y aunque había tensión, también había una sensación de alivio en el aire.

"Rebeldes sin Causa"Donde viven las historias. Descúbrelo ahora