mastermind

22. Arte y pasos hacia delante.

UN APLAUSO TODAS MI MARAVILLOSA EDITORA POR FAVOR

...

La corbata le aprieta el cuello de una manera incómoda, un reflejo más de todos los aspectos sobre los que Juanjo duda de su capacidad de decisión. No entiende cómo, pero ha conseguido ahogarse en el calor de su propia habitación. No es el sentimiento que había anticipado, ni para finales de noviembre ni para esa misma noche.

Martin ni siquiera sabe qué van a hacer. Ha conseguido mantener el misterio de la sorpresa hasta el último momento, insistiendo fervientemente en la necesidad de ir él mismo a recogerlo.

Es lo que uno debe hacer en una cita, ¿no?

La palabra se siente extraña, todavía ni se ha dignado a verbalizarla, tan solo repetirla en su mente consigue ponerle los pelos de punta. Precisamente por ello, piensa, es por lo que es necesario llevarlo a cabo.

"¿Y si te desabrochas un par de botones?" La voz de Denna reclama su atención, moviéndose a través de la habitación y haciendo que aparte la vista de su reflejo en el espejo. "Y quítate la corbata, por Dios, que pareces un testigo de Jehová de los que vienen a tocarte el timbre."

"¿Cuándo has llegado a casa?" La expresión de Juanjo traduce el asombro que le ha provocado la aparición de la chica.

"Álvaro y yo hemos quedado para ir luego a cenar... ¿Tú a dónde vas, tan arreglado?" Es obvia la acusación que se esconde detrás de su pregunta. Juanjo aparta la mirada, viendo cómo Denna deja caer todo su peso en el colchón de la habitación, sin preocuparse por las arrugas que deja al tumbarse.

"Es un evento del Ministerio de Cultura." Juanjo hace caso a su amiga, deshaciendo con brusquedad su corbata. "En el Prado."

"¡Oh! ¿Lo del Museo en Vivo?" Los ojos de Denna brillan con interés. "¿Cómo has conseguido entradas para eso? Yo le pregunté a la productora y todo..."

"Trabajar para el gabinete de gobierno tiene sus ventajas." El hombre hace una mueca de indiferencia que no consigue ocultar su ansiedad por un cambio de atención. "Aunque tuve que llorarle un rato a Galera."

"Dos botones, anda, no vas a escandalizar a nadie." Denna estira una mano hacia él. "Me gustan esos pantalones... El azul marino siempre ha sido tu color."

"¿Sí? Estaba pensando en cambiarme."

"Mmm... No, estás guapo, pareces mayor." Denna le guiña un ojo. "Sugar daddy."

"No tengo la capacidad financiera para ese tipo de actividades."

"Nimiedades, estoy esperando a que saques las esposas o algo." La broma consigue provocarle una carcajada. "Mi chico guapo."

"Le voy a decir a tu prometido que te has tirado en mi cama y me estás tirando los trastos."

"Estoy prácticamente segura de que Álex solo pediría unirse." La chica se yergue sobre la cama, hasta sentarse, una sonrisa pícara adornando sus labios.

"Siempre me sorprende el funcionamiento de tu relación." Hay una pausa en la que ambos se miran, inconscientes respecto a cómo continuar. "Yo me moriría de celos."

"Y es por eso por lo que tú y yo no funcionamos como pareja, mi amor..."

"Sí, supongo." La contestación parece vacía. "Soy demasiado tradicional para ti, ¿no?"

"Álex entiende mi forma de ser, contigo siempre tengo la sensación de que vivo en una incógnita." Denna vuelve a sonreír, más dulce esta vez. "Y nunca podría salir con un político, no soportaría no ser tu foco de atención constante."