10. (el principio)

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lo siento por tardar... mis hijos no se merecían menos y vosotras tampoco, disfrutad <3


...


"Realmente, odio los aviones." Dice Juanjo, subiendo las bolsas de ambos al compartimento de arriba. Martin espera pacientemente a su lado.

"¿Te da miedo volar?"

"No, pero me parecen super incómodos, se me agarrotan las piernas, me pitan los oídos... Y siempre me da la sensación de que alguien va a perder mi maleta." Suelta un bufido, terminando de colocar el equipaje y antes de girarse para mirar al chico. "¿Prefieres ventanilla o pasillo?"

"Mmm..." Echa una mirada nerviosa hacia los dos asientos. "Me da igual, lo que tú prefieras."

Un silencio incómodo se establece entre ellos, sin que ninguno de los dos dé el paso de ocupar ningún sitio. Juanjo suelta un bufido, desesperado por la repentina indecisión que le posee.

No era consciente de que el efecto de sentir privacidad con Martin sería este.

"Martin, por Dios, ponte donde quieras." El vasco pone los ojos en blanco, antes de sentarse en al lado de la ventanilla. "Muy bien."

"Lo he hecho porque tú tienes las piernas más largas y así puedes estirarlas en el pasillo, que conste." Refunfuña. Tiene el pelo desordenado totalmente y los ojos un poco hinchados, como si todavía no se hubiera despertado del todo. "Deberías darme las gracias."

"Muchas gracias, de verdad, no sé cómo he tenido tanta suerte de estar con alguien tan generoso como tú en este viaje." Martin entrecierra los ojos al oírle, viendo cómo Juanjo se sienta a su lado.

"No me gusta tu tono, pero voy a ignorarlo." Se acomoda de nuevo contra el asiento, cruzándose de brazos. "Y no ha sido suerte, literalmente me pediste que viniera."

"Todavía estoy a tiempo de arrepentirme." Justo en ese momento, la azafata del vuelo comienza a hacer la demostración de seguridad que marca el comienzo del despegue.

"Creo que no, Juanji." Martin se acerca hacia él, pasando un brazo por sus hombros. "Estás atascado conmigo durante cuatro días, lo siento."

"Voy a huir en cuanto toquemos suelo."

"Si me dejas solo, lloro." Juanjo se ríe ante el puchero del chico, apartando el brazo con el que le rodea e imitando él el gesto, atrayéndolo para sí.

"Anda, niñato, si sabes que es broma... No he montado todo el circo este para luego abandonarte." Martin se acomoda contra su costado, subiendo las piernas en una posición que debe resultar incómoda, pero en él parece natural.

"Dado que mi única función aquí es hacerte compañía, estaría muy feo si pasaras de mí." Su voz suena pausada, teñida por la cercanía entre ambos.

Juanjo se plantea cómo es posible que viajando en business haya tan poco espacio entre los asientos. No recuerda haber estado tan pegado a nadie durante cualquier otro vuelo. Cree que Martin tiene algo que ver.

"Me vas a ayudar a preparar la reunión, que lo sepas." Lo dice demasiado alto, como si buscara llenar con decibelios la poca seguridad que realmente hay detrás de sus palabras. "Te voy a estar dando la lata las dos horas y media de vuelo."

"Me he traído un libro y cascos, como digas una sola palabra que involucre algo relacionado con el Parlamento o la Agenda 2030 o lo que sea..."

"Me parece muy sorprendente el hecho de que hayas convencido a tu madre que estás interesado lo más mínimo en política." Juanjo quita el brazo con el que había estado rodeando el cuerpo del chico, al ver la mirada reprobatoria de una de las azafatas, instándoles a abrocharse el cinturón. "Con lo lista que es y lo engañada que la tienes."

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