Capítulo V : Obligación inesperada.

23 2 0
                                    


Jungkook se quedó en su asiento unos segundos después de que el profesor mencionara su nombre junto al de Jimin. No podía creer lo que acababa de escuchar. Aún estaba procesando el hecho de que tendría que trabajar con él cuando, de inmediato, sintió una mezcla de frustración y enojo recorrer su cuerpo. No iba a permitir que eso sucediera, así que se levantó de golpe y caminó directamente hacia el escritorio del profesor.

—Profesor, necesito hablar con usted —dijo Jungkook, tratando de mantener la calma, aunque su voz traicionaba su molestia.

El profesor lo miró por encima de sus gafas, notando su expresión crispada.

—¿Qué ocurre, Jungkook?

—Es sobre el trabajo en parejas —empezó a decir, sin rodeos—. Quisiera saber si es posible cambiarme de compañero. No puedo trabajar con Jimin.

El profesor frunció el ceño y dejó los papeles que tenía en la mano sobre su escritorio.

—¿Y por qué no podrías trabajar con él? —preguntó en tono neutro.

—Es complicado... —Jungkook desvió la mirada por un segundo, sin saber bien cómo justificar su pedido sin revelar sus sentimientos confusos—. Solo... no me llevo bien con él.

El profesor lo observó detenidamente durante unos segundos antes de soltar un suspiro.

—Jungkook, lamento decirte que no es posible cambiarte de pareja. Las parejas fueron asignadas por un motivo, y parte del trabajo es aprender a colaborar con otros, incluso cuando no sea fácil.

Jungkook apretó los dientes, intentando contener su frustración.

—Pero, profesor... —insistió, casi en un tono de súplica.

—Además, —interrumpió el profesor, bajando la voz para que solo él lo escuchara— tus notas no están siendo las mejores últimamente, Jungkook. Están yendo de mal en peor, y si no mejoras, podrías tener problemas para aprobar este semestre. Creo que trabajar con Jimin podría ser una buena oportunidad para ti. Él parece ser un buen estudiante, y esto te dará el empuje que necesitas para mejorar.

Jungkook sintió como si le hubieran dado un golpe directo al estómago. Sabía que sus calificaciones estaban bajando, pero que el profesor lo mencionara tan directamente lo hizo sentir humillado.

—¿Así que no hay ninguna posibilidad de cambiar de compañero? —preguntó, resignado.

—Me temo que no —respondió el profesor con firmeza—. Y te recomiendo que aproveches esta oportunidad para mejorar.

Jungkook suspiró, derrotado, y asintió. No le quedaba otra opción más que aceptar la situación. Justo cuando estaba por darse la vuelta y marcharse, sintió una mano sobre su hombro. Se giró, ya molesto de antemano, y vio a Jimin parado frente a él, con una expresión serena, casi como si supiera lo que estaba pensando.

—¿Podemos hablar? —preguntó Jimin, su voz suave pero firme.

Jungkook cerró los ojos un segundo, tratando de no explotar, y luego asintió con desgano.

—Supongo que tenemos que coordinar cuándo y dónde haremos el trabajo —dijo Jimin, con una calma que solo irritaba más a Jungkook.

—Lo haremos en mi casa —respondió Jungkook, sin pensarlo demasiado. Si iban a tener que pasar tiempo juntos, prefería que fuera en su territorio, donde al menos tendría algo de control.

—De acuerdo, ¿cuándo te parece bien? —preguntó Jimin, inclinando ligeramente la cabeza, sin mostrar la menor molestia por la actitud fría de Jungkook.

Jungkook lo miró fijamente durante unos segundos, intentando comprender cómo alguien podía ser tan tranquilo. Esa calma, esa serenidad, lo sacaba de quicio.

—No me importa —dijo al final, encogiéndose de hombros—. Ven cuando quieras, solo hagamos esto y terminemos rápido.

Jimin lo miró en silencio por un momento, como si estuviera evaluando cada palabra que Jungkook decía, cada movimiento, cada gesto. Finalmente, sonrió levemente, una sonrisa que no era de burla, sino de comprensión, lo que lo descolocó aún más.

—Bien, ¿qué tal mañana por la tarde? —propuso Jimin.

—Sí, claro, lo que sea —respondió Jungkook de mala gana.

El silencio entre ellos fue incómodo durante unos segundos hasta que Jungkook decidió romperlo, más por la necesidad de terminar la conversación que por otra cosa.

—¿Por qué haces esto? —preguntó, repentinamente serio, con una mirada que dejaba ver su incomodidad—. ¿Por qué insistes tanto en ayudarme? No nos conocemos, no sabes nada de mí, ¿qué te hace pensar que quiero tu ayuda?

Jimin lo miró, con esa misma serenidad que parecía inquebrantable.

—Porque creo que la necesitas —respondió con simpleza—. Y no me hace falta conocerte para saber eso.

Jungkook bufó, incrédulo.

—¿De qué hablas? No necesito a nadie. Puedo arreglármelas solo, como siempre lo he hecho.

Jimin lo observó detenidamente, como si pudiera ver más allá de las palabras de Jungkook, como si pudiera leer el dolor que había detrás de su fachada de autosuficiencia.

—A veces pensamos que podemos con todo, pero no siempre es así. No está mal aceptar ayuda de vez en cuando.

—No necesito tu ayuda —repitió Jungkook con terquedad—. Solo quiero que te alejes de mí, que me dejes en paz.

Jimin suspiró suavemente, pero no perdió su amabilidad.

—No puedo hacer eso.

Jungkook frunció el ceño, visiblemente molesto.

—¿Por qué no? —preguntó, ya sin paciencia.

—Porque... simplemente no puedo —respondió Jimin, manteniendo el contacto visual—. No es una opción para mí.

—¿Qué se supone que significa eso? —Jungkook estaba cada vez más confundido, y esa confusión lo llenaba de rabia—. ¿Estás siguiendo algún tipo de orden? ¿Es una broma o algo así?

Jimin sonrió de nuevo, esa sonrisa tranquila que Jungkook no soportaba.

—No es una broma. Solo estoy aquí para ayudarte, y lo haré, quieras o no.

Jungkook lo miró con incredulidad durante unos segundos, antes de sacudir la cabeza y apartarse de él.

—¿Sabes qué? Haz lo que quieras, me da igual. Solo asegúrate de no interferir demasiado en mi vida.

Jimin lo observó mientras se alejaba, una leve sombra de preocupación cruzando por su rostro. Sabía que esta misión no sería fácil, y cada interacción con Jungkook le hacía sentir el peso de la tarea que tenía por delante. Sin embargo, también había algo más, algo que no podía explicar, que lo hacía sentir emociones que nunca había experimentado antes.

Fallen Light - KOOKMINDonde viven las historias. Descúbrelo ahora