Capítulo X : Descontrol.

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Jungkook despertó lentamente, sintiendo el calor de Jimin aún sobre su hombro. Por un segundo, olvidó dónde estaba. El suave peso y la respiración tranquila de Jimin sobre él lo reconfortaban de una manera que no entendía. Cuando abrió los ojos completamente, se dio cuenta de la situación y su corazón empezó a latir desbocado nuevamente.

—¿Qué demonios...? —murmuró en voz baja, mirando a su alrededor.

A pesar de que quería moverse, no lo hizo. Jimin seguía dormido, su cabeza apoyada contra su hombro, y, de alguna manera, no quería romper ese momento. Algo dentro de él quería quedarse así, como si esa paz efímera fuera lo único que mantenía su caos interior a raya.

Finalmente, decidió que era hora de despertar a Jimin. Con cuidado, levantó la mano y la posó suavemente sobre su cabello, apartándolo de su frente para poder ver mejor su rostro. La calidez de su piel lo desconcertaba, y no pudo evitar observar la serenidad en sus facciones.

—¿Cómo puedes estar tan tranquilo...? —susurró Jungkook, casi para sí mismo, con una mezcla de confusión e incredulidad.

Con un suspiro, apoyó su propia cabeza contra la de Jimin, cerrando los ojos por un momento. Todo el tormento que había estado sintiendo esos últimos días, esa presión constante en su pecho, parecía desvanecerse al estar con él. Las preguntas, la frustración, incluso el enojo, todo desaparecía mientras permanecían así. Jungkook no podía negarlo más: le gustaba la compañía de Jimin, aunque lo negara a sí mismo. Pero justo cuando estaba a punto de dejarse llevar por esa calma, sintió cómo su corazón latía demasiado fuerte, demasiado rápido.

—Esto es ridículo —se dijo, enojado consigo mismo por no alejarse.

Sin embargo, tampoco hizo nada para moverse. Con cuidado, deslizó a Jimin hacia un lado, asegurándose de que estuviera bien. Su respiración era tranquila, y aunque parecía algo débil, Jungkook supo que no corría peligro. Pero en lugar de calmarlo, esa certeza lo enfureció aún más.

—¡¿Por qué me siento así?! —pensó con un nudo en la garganta. Su pecho se comprimía, lleno de una mezcla de rabia, confusión y algo más que no lograba identificar. Se levantó con brusquedad, casi tirando la silla al hacerlo.

Lanzó una última mirada a Jimin, y sin poder soportar más esa confusión que lo atormentaba, se giró y salió de ese lugar con pasos pesados, dirigiéndose a su clase.

Mientras tanto, Jimin...

Jimin despertó lentamente, sintiendo el frío vacío donde antes estaba el cálido hombro de Jungkook. Parpadeó un par de veces, desorientado al principio, hasta que recordó lo que había sucedido. El silencio del salón le indicó que Jungkook ya no estaba.

Se incorporó lentamente, sintiendo una ligera debilidad en su cuerpo. Aún podía percibir la energía de la frustración de Jungkook en el aire, como si su enojo hubiera dejado una huella palpable. Suspiró, preocupado.

—No está funcionando... —se dijo a sí mismo, su voz apenas un susurro.

Cada vez que creía acercarse a Jungkook, el chico se alejaba aún más, envuelto en una barrera de emociones que parecían consumirlo. Jimin pasó una mano por su rostro, tratando de despejarse. Sabía que no podía rendirse, no importaba cuán difícil fuera la misión. Pero el dolor que sentía en su corazón comenzaba a ser insoportable.

Sabía que Jungkook estaba luchando consigo mismo, pero cada retroceso dolía más que el anterior. De pie, Jimin salió del aula, decidido a seguir intentándolo, aunque por dentro se sentía agotado y vulnerable. Mientras caminaba por los pasillos, su corazón latía con una mezcla de tristeza y esperanza. Si había algo que podía hacer por él, lo haría.

Fallen Light - KOOKMINDonde viven las historias. Descúbrelo ahora