Capítulo XIX : Calidez.

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La risa suave de Jimin resonaba entre las gotas de lluvia, su mirada chispeante se dirigió a Jungkook, quien estaba parado bajo el aguacero, empapado y con su cabello completamente desordenado por el agua. El rubio no pudo contener una carcajada cuando vio cómo los mechones oscuros del pelinegro cubrían su rostro.

—Mira tu pelo, está en todas partes —dijo mientras se acercaba y, con sus delicadas manos, comenzaba a apartar el cabello mojado de su cara, intentando peinarlo de manera cómica.

Jungkook se quedó inmóvil, sus sentidos se enfocaron solo en el tacto de Jimin, en su cercanía, y el acelerado latido de su corazón parecía resonar en sus oídos. No entendía cómo un gesto tan simple podía provocarle esa sensación de calor en el pecho. Mientras lo observaba, cada detalle del rostro de Jimin parecía más nítido, desde su sonrisa hasta el brillo de sus ojos.

Justo cuando estaba a punto de decir algo, Jimin interrumpió sus pensamientos al extenderle una mano.

—Vamos, quítate los zapatos —pidió, con esa sonrisa juguetona que siempre lo acompañaba.

—¿Qué? —respondió Jungkook, mirándolo con incredulidad.

—¡Quítatelos! Vamos, será divertido —insistió Jimin, moviendo los dedos de su mano para que Jungkook se la tomara.

—No, estás loco —dijo el pelinegro, negando con la cabeza, pero el ser de luz no parecía dispuesto a rendirse.

Jungkook soltó un suspiro resignado, no podía decirle que no cuando Jimin lo miraba así. Se quitó los zapatos, y con una ligera sonrisa en los labios, tomó la mano que le ofrecían. Al instante, Jimin empezó a correr, arrastrándolo con él. Las gotas de lluvia caían con más fuerza, y mientras corrían, ambos reían, sintiendo cómo la adrenalina del momento se mezclaba con la emoción.

No sabía hacia dónde iban, pero eso no le importaba. Por primera vez en mucho tiempo, estaba disfrutando de algo tan simple como correr bajo la lluvia con alguien.

Llegaron al auto, completamente empapados, y la gente a su alrededor los miraba como si estuvieran locos, pero a ninguno de los dos le importaba. Jungkook respiraba agitado, apoyado en la puerta del coche mientras Jimin miraba hacia el cielo con una expresión de pura felicidad.

Observando al rubio, Jungkook sintió algo raro, una calidez que lo desconcertaba. Algo en su pecho latía más fuerte cuando lo veía tan despreocupado. Sin pensarlo, lo tomó del brazo, intentando detenerlo.

—Vamos, entremos al auto. Hace frío —dijo con suavidad, mientras lo jalaba.

Jimin, riendo entre dientes, negó con la cabeza y se soltó. —No, ve tú si quieres —respondió, quitándose los zapatos y disfrutando de las gotas de lluvia que caían con intensidad.

Jungkook lo observó en silencio, incapaz de entender por qué Jimin siempre hacía lo que nadie más haría. ¿Cómo podía disfrutar tanto algo tan simple? Finalmente, el rubio se dio la vuelta, riéndose de cómo Jungkook seguía parado allí, inmóvil y completamente mojado.

—Mejor subamos al auto, ¿no? —dijo Jimin, acercándose de nuevo. —Nos vamos a congelar.

Cuando el rubio le sugirió que subieran al auto, Jungkook asintió levemente, pero notó que el rubio seguía jugueteando bajo la lluvia, sin intención de moverse. El pelinegro suspiró, y aunque intentó mantener la calma, no pudo evitar acercarse una vez más, agarrándolo del brazo con firmeza.

—Vamos, Jimin, te vas a enfermar —dijo, esta vez con más urgencia en su voz.

Pero Jimin, con esa habitual sonrisa juguetona, se soltó suavemente de su agarre, negando con la cabeza.

Fallen Light - KOOKMINDonde viven las historias. Descúbrelo ahora