Fallen Light - KOOKMIN

Capítulo XX : "¿Qué demonios me pasa?"

La habitación estaba en completa oscuridad cuando Jungkook se despertó, desorientado. Abrió los ojos lentamente, acostumbrándose a la penumbra. No era inusual para él despertarse en mitad de la noche; lo había hecho muchas veces antes, sin razón aparente, como si algo en su subconsciente no lo dejara descansar completamente. Estaba acostumbrado a ello. Sin embargo, esta vez fue diferente.

Intentó moverse, pero algo se lo impidió. Había un peso suave sobre su pecho y unos brazos rodeándolo con delicadeza. Bajó la mirada y se encontró con la imagen de Jimin, profundamente dormido, acurrucado contra él. Los brazos de Jimin lo rodeaban, y su rostro estaba tan cerca que podía sentir su respiración suave y rítmica sobre su piel.

Jungkook parpadeó, sorprendido. Su primera reacción fue de confusión. ¿Cómo habían terminado así? No solía permitir que nadie se acercara tanto, mucho menos de esta manera. Pero algo en aquella cercanía lo desarmaba. Miró a Jimin por un momento más, observando la calma en su rostro, cómo sus cejas relajadas y los labios ligeramente curvados hacia arriba le daban una apariencia casi infantil. Se sentía tan en paz que era contagioso.

Un suspiro salió de los labios de Jungkook, aunque no estaba seguro si era de resignación o de algo más profundo que no quería admitir. En lugar de apartarse, se dejó caer de nuevo sobre el sofá, acomodando mejor la manta sobre ambos para asegurarse de que Jimin estuviera bien cubierto. Sintió un extraño impulso de protegerlo, de mantenerlo allí, cerca, donde el mundo no pudiera alcanzarlo.

"Esto es... raro", pensó, pero no podía negar lo bien que se sentía tener a Jimin así, tan cerca. Sin pensarlo demasiado, rodeó la cintura de Jimin con sus propios brazos, cerrando los ojos de nuevo, dejándose llevar por una sensación de paz que rara vez experimentaba. Y antes de darse cuenta, el sueño lo reclamó una vez más.

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Al día siguiente, el primer rayo de sol comenzó a filtrarse por las cortinas, iluminando suavemente la sala. Jungkook fue el primero en abrir los ojos. Estaba recostado de lado en el sofá, y lo primero que sintió fue el suave peso de Jimin, aún en sus brazos. El calor de su cuerpo seguía presente, y su rostro seguía descansando contra el pecho de Jungkook.

Jungkook no se movió de inmediato. Durante unos segundos, solo se quedó ahí, sintiendo la respiración lenta y tranquila de Jimin contra su piel, mientras su mente procesaba la situación. Una parte de él quería quedarse así un rato más, disfrutar de esa cercanía que nunca había buscado, pero que ahora no quería abandonar. Sin embargo, cuando miró el reloj en la pared, su expresión cambió.

—Ya es tarde... —susurró con frustración, sabiendo que tenía que levantarse.

Con cuidado, retiró sus brazos de alrededor de Jimin y se sentó en el borde del sofá. Miró hacia abajo, viendo cómo Jimin seguía profundamente dormido. Hubo un momento de duda en el que Jungkook se sintió tentado a recostarse de nuevo, pero rápidamente lo desechó. No podía permitirse esos sentimientos. No sabía cómo lidiar con ellos, y eso lo irritaba.

Suspiró, intentando sacudir esa frustración. Al levantarse, tomó una decisión inesperada: haría el desayuno. No tenía idea de por qué quería hacerlo. Tal vez era una especie de agradecimiento no dicho hacia Jimin por estar allí, por hacerle sentir... diferente. Sin darle más vueltas al asunto, caminó hacia la cocina.

"Esto no puede ser tan difícil", pensó mientras sacaba algunos ingredientes: pan, huevos, algo de mantequilla. Iba a hacer unas simples tostadas y huevos. No parecía una tarea complicada. Sin embargo, las cosas no salieron como esperaba.

Primero, dejó las tostadas en el tostador demasiado tiempo, y cuando intentó hacer los huevos, la sartén estaba demasiado caliente. El olor a quemado pronto llenó la cocina.