Tinder (FreenBecky)

Capítulo 36

POV FREEN

La campaña de las Magnum está empezando y volver a la oficina justo cuando la carga de trabajo empieza a ser tan alta me agobia. Aparte, para agobiarme más, estaba el tema de Becky. El lunes a primera hora ya estaba en su mesa cuando llegué. Eso me sorprendió un poco porque nunca hay nadie aquí cuando llego, siempre soy la primera. En cuanto me ve aparecer por el ascensor se levanta de su silla.

BECKY: Freen.

Suspiro porque no quiero hablar con ella ahora, no tengo la cabeza preparada para toda esta intensidad, son las malditas 7:30.

FREEN: Buenos días.

Camino directa a la puerta de mi despacho esperando que no me hable, pero obviamente eso no pasa.

BECKY: Tenemos que hablar.

FREEN: Ya hemos hablado.

BECKY: No. Hemos discutido, eso no es hablar.

FREEN: ¿Quieres discutir?

BECKY: ¡No!

FREEN: Entonces este no es el momento que buscas.

BECKY: ¿Y cuándo es?

FREEN: Becky, me estás agobiando.

Me mira como si lo que le acabo de decir le provocase dolor físico, como si le hubiese dado una bofetada. Me siento un poco mal.

FREEN: Escucha, es temprano y hoy empezamos la campaña de las Magnum. El sábado tenía la cabeza hecha un lío y eso no ha cambiado hoy. No necesito hablar contigo, necesito espacio.

BECKY: Ya.

FREEN: Tengo muchísimas cosas en la cabeza ahora mismo y si tú me obligas a escuchar lo que tengas que decirme, que ahora mismo además no quiero, voy a cabrearme, vamos a discutir, y mañana te quejarás de que no hemos hablado. Vamos a empezar un ciclo de discusiones que me dan muchísima pereza, así que no. Respeta mi espacio.

BECKY: Claro. Okay.

Me da pena ver la expresión que le ha quedado. En este mes sin verla le han salido dos pequeñas ojeras debajo de los ojos y se la ve más demacrada que de costumbre. Sigue siendo guapa, pero es cierto que se le ve peor cara. Se sienta en su mesa y yo entro a mi despacho. Necesito estar sola y tomar un café.

Después de un mes de vacaciones pensaba que podría seguir adelante y dejar el tema atrás. Olvidarlo.

'Lo que pasa en Las Vegas, se queda en Las Vegas'.

Pero en este caso Las Vegas sería Nueva York.

Lo idiota que me sentí cuando vi los mensajes me llenó de una rabia irracional. Estuve un mes intentando superarlo.

Lo pasé bien, disfruté de mis primeras vacaciones desde que me incorporé a la vida laboral, me las merecía. Pero quizás un 70% del tiempo lo perdí comiéndome la cabeza con todo lo que había pasado, recordando cosas que me hacían sentir tonta por no haberme dado cuenta de los detalles, porque estaban allí.

La cámara de fotos, el despertador... La cicatriz en el codo que Charlotte me había contado que se había hecho de pequeña y que casualmente Becky tenía en ese mismo lugar. Ese sentido del humor ágil, irónico y absurdo de Becky estaba en Charlotte todo el tiempo.

Todas esas cosas me venían a la cabeza e hicieron que las últimas dos semanas de mis vacaciones se convirtiesen en un 80% de tiempo perdido dándole vueltas a todo. O un 90%. Me sentí estúpida por no haberme dado cuenta antes, era obvio.