— Ven, siéntate.
— De acuerdo —me dijo.
Como no podía verlo con la cara llena de lágrimas, busqué un pañuelo de papel y se lo di. Me acomodé en la cama, sentado, inquieto, sabiendo que esta iba a ser una charla poco bonita. No me gusta hablar del tema, pero era momento de hacerlo.
— Ah... —suspiré— Realmente me cuesta mucho hablar de esto, así que haré lo mejor que pueda. Es probable que no dé demasiados detalles porque son cosas que todavía me duelen.
— ¿Te hirieron?
— Sí. Pero es una herida que nadie comprende y es difícil de explicar. Ah... —suspiré de nuevo.
— Lo siento. No quise ponerte en esta posición. Me equivoqué.
— No te preocupes. Esta charla iba a salir tarde o temprano, así que bueno. Podemos decir que todo comenzó cuando era pequeño. Mis padres trabajaban mucho, así que me quedaba mucho tiempo con mi abuela. Ella fue la que me enseñó lo poco que sé de cocina. En fin, mi vida no era perfecta, pero era llevadera. Hasta que un día encontré a mi madre besando a otro hombre. Me sentí herido y traicionado. ¿Cómo era posible que mi mamá tuviera tiempo para buscar a otro hombre y me dejara solo con mi abuela? Además, ¿por qué le hacía esto a mi familia? Todos éramos unidos. Siempre me dijeron que debíamos permanecer unidos. Entonces enfrenté a mi mamá y le dije lo que había visto. Entonces me dijo: "¿De qué hablas? Seguro que viste mal. Mami nunca haría algo como eso". No me creyó. Llegué a pensar que realmente había visto mal y que había confundido las cosas. Hasta que un día llevó al hombre a mi casa y tuvieron relaciones mientras yo veía la televisión. En todo momento intenté convencerme de que nada de lo que estaba pasando era real, así que puse la televisión a todo volumen para no escucharlos. Pero igual los escuchaba. Era como que mis oídos no se pudieran despegar de la situación.
— No lo puedo creer. Qué madre tan desconsiderada.
— Sí. Por decir lo menos. Desde ese día ya no quise volver a mi casa y comencé a quedarme con mi abuela. Como tenía once años ya estaba en edad de aprender cómo se hacían lo bebés, así que le pregunté a mi abuela. Y le dije que pensaba que mi madre había estado haciendo un bebé con otro hombre. Mi abuela se puso furiosa con mi madre. Poco después se confirmó el embarazo y mis padres se divorciaron. Mi padre trabajaba tanto que nunca me prestaba atención, así que seguí viviendo en casa de mi abuela.
— Debió haber sido muy duro para ti, siendo tan pequeño. ¿Qué clase de persona haría algo como eso? Se supone que los humanos entienden de sentimientos.
— No lo sé, nunca le pregunté por qué lo hizo ni nada. Pero nunca volví a ver a mi madre de la misma manera desde ese día. Y como ella nunca se sintió culpable por nada, cada vez que la veo siento que el odio se apodera de mí. Pero en fin, volvamos al tema de la promesa. Cuando le dije a mi abuela lo de mi madre y se confirma el embarazo, ella me llamó aparte y tuvimos una charla sobre responsabilidad parental. Básicamente, me dijo que hacer el amor era un acto de afecto puro y que como tal debía hacerse responsablemente. Supongo que no quería que dejara a alguna chica embarazada. Así que le pregunté que cuándo sabría cuándo hacerlo con una chica, y me dijo que cuando me casara. Que era lo mejor. Así que le prometí que esperaría hasta casarme para hacer el amor con alguien. Sé que es una promesa boba, pero... Quisiera respetarla por el amor que le tenía a mi abuela y todo lo que hizo para criarme.
Felix estaba llorando.
— Oye, no llores.
— Perdón... Perdón... No quise... No quise forzarte a romper una promesa tan importante... Fui muy egoísta al pensar que no querías hacerlo conmigo. Encima después de todo lo que hicimos, no sé qué me pasó —y me abrazó.
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Aprendí de sexo con un íncubo
FanficUn profesor de historia antigua treintañero salva a un joven de veinticuatro de morir atropellado. Agradecido, el joven revela su verdadera identidad como un íncubo y jura darle al profesor noches de sexo y pasión por toda la eternidad. Al principio...