El aire vibraba con la emoción del público en el concierto de Twor Amigos. Los gritos y aplausos retumbaban en todo en AN, donde miles de personas esperaban ver a los íconos que formaban parte de sus vidas desde hacía décadas. Esa noche era especial, pero no solo por el espectáculo. Para Lucero, esa noche representaba una oportunidad, un intento desesperado de enmendar el distanciamiento que se había interpuesto entre ella y Manuel desde aquella fatídica entrevista con Yordi.
Lucero estaba nerviosa mientras esperaba en el backstage. Se había preparado como nunca. Unos leggins ajustados y ina camisa con un toque sensual, resaltaba su figura; su cabello recogido perfecto y su maquillaje destacaba la intensidad de su mirada. Sabía que Camila, la actual novia de Manuel, estaría presente entre el público, pero a ella no le importaba. Esta noche, todo se trataba de Manuel y ella.
Lucerito, emocionada, había animado a su madre a dar el paso.
LM: Mamá, papá no sabe que entrarás al escenario, pero sé que se va a emocionar
le había dicho con una sonrisa cómplice. Era su pequeña, y aunque ahora fuera casi una adulta, Lucerito seguía siendo el lazo que los mantenía unidos, más allá de las diferencias.
La música empezó a sonar en el escenario, y el público enloqueció cuando Manuel, junto a Emmanuel, comenzaron a cantar uno de sus grandes éxitos. La energía era electrizante. Y justo en el momento indicado, Lucero dio un paso adelante y subió al escenario, con la adrenalina recorriendo su cuerpo. Cuando comenzó a cantar las primeras notas de
Si me tenías, Manuel se giró, sorprendido, con una expresión de incredulidad en su rostro.
Por un instante, el tiempo pareció detenerse. Los ojos de Manuel se encontraron con los de Lucero, y su mirada, inicialmente fría y cautelosa, se suavizó al verla. Era imposible no sentirse atraído por su presencia, por cómo había logrado deslumbrar a todos en ese escenario. El público se levantó de sus asientos, aplaudiendo y gritando emocionado. La química entre ambos era innegable, como si los años no hubieran pasado, como si todos los momentos compartidos estuvieran presentes en esa canción.
Camila, sentada entre la multitud, observaba la escena con el ceño fruncido. Era imposible ignorar la conexión entre ellos, la historia que compartían. Sentía una mezcla de celos y vulnerabilidad, viendo cómo el público los adoraba, cómo parecían destinados a estar juntos. Por mucho que intentara racionalizarlo, ese momento la hacía sentir como una extraña en la vida de Manuel.
Lucero sabía que Camila estaba observando, pero eso solo la motivó a demostrar que ella siempre tendría un lugar en la vida de Manuel, no solo como la madre de sus hijos, sino como alguien que él aún amaba, aunque no quisiera admitirlo.
Al terminar la canción, el público estalló en vítores. Lucero, triunfante, bajó del escenario con una sonrisa que lo decía todo. Subió a sus redes sociales algunas historias desde el backstage, las cuales gritaban: "Yo siempre seré la número uno".
Cuando el show terminó, Manuel se dirigió hacia su camerino. Estaba agotado, pero aún tenía el corazón latiendo acelerado por la sorpresa de Lucero en el escenario. Al abrir la puerta, se encontró con sus dos tesoros más preciados: su hija y Lucero, ambas sonriéndole con orgullo.
LM: pa, estuviste increíble! (dijo Lucerito, abrazándolo con fuerza.)
Lucero se acercó también y lo abrazó efusivamente, depositando un beso en su mejilla.
L:Felicidades, Manuel. Fue un show maravilloso (dijo Lucero con una sonrisa radiante.)
Manuel les devolvió el abrazo, aunque de manera un poco distante. Lucerito, notando la tensión entre sus padres, decidió dejarlos solos para que pudieran hablar.
LM: Voy a felicitar a Emmanuel (dijo con una sonrisa traviesa antes de salir del camerino.)
