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Stan te siguió hasta el apartamento, resoplando. Obviamente irritado por algo, te aplastó contra la puerta de tu apartamento. Su aliento caliente en tu cuello, mientras acercaba sus labios al tuyo.
Gemidos bajos caían de tus labios mientras él insistía en marcarte.
—S-stan, ¿qué te pasa? —te reíste un poco, mientras lo apartabas de ti para mirarlo a los ojos.
"Creo que quizás necesites que te recuerden con quién estás saliendo, estuviste pegada a Jimmy toda la noche, riéndote de todos sus pequeños chistes", sonaba casi disgustado mientras sus dedos sujetaban bruscamente tus caderas.
—¡Stan! ¡Sé con quién estoy saliendo, te amo! Solo estaba... —Sus labios contra los tuyos te tomaron por sorpresa. Aunque te encantaría estar enojada por lo que él suponía, sus manos bajando para manosear tu trasero te hicieron gemir en su boca.
Él te instó a entrar al dormitorio, ambos despojándose de su ropa en silencio. Sus dedos dejaron moretones en su camino, su boca caliente en tu garganta mientras chupaba cálidos mordiscos de amor en tu piel.
—Eres mía, dilo —susurró, su aliento cálido en tu oído mientras te instaba a frotarte contra su muslo. La presión fue suficiente para hacer que fluyera una chispa.
Fue arrancado en ese mismo momento mientras él se enfrentaba a tu coño. Su lengua lamió tu humedad antes de succionar tu clítoris.
"Soy tuya", gemiste, mientras él introducía un dedo en tu coño y continuaba chupando rápidamente tu clítoris. Pasaron solo unos momentos antes de que te corrieras en su lengua.
—Demostraste tu punto —jadeaste y él apoyó su cabeza en tu pecho.
"Oh, aún no hemos terminado."
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