¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
Mi novio estaba borracho. Más que borracho, estaba borracho. Era la fiesta de cumpleaños de Stan, así que lo dejé pasar, pero Stan borracho es un verdadero reto y es una moneda al aire si está borracho feliz o borracho triste y patético. Por suerte, estaba feliz y activo, así que no tuve que cuidarlo demasiado.
Aún así, necesitaba un descanso.
Salí a tomar un poco de aire fresco. Caminé hacia mi camioneta y justo cuando estaba a punto de abrir la puerta, escuché una voz familiar.
"¿Te vas?"
Fue Tolkien.
Me giré para mirarlo de frente y apoyé el trasero contra el coche. Necesitaba apoyo, los tacones me estaban matando.
—Sólo necesitaba un poco de aire —suspiré.
Se rió entre dientes mientras se ponía a mi lado, se dio la vuelta y se apoyó en la camioneta conmigo. "Cuando Stan está borracho, puede ser... mucho ".
Asentí con la cabeza en señal de acuerdo.
Tolkien se volvió hacia mí y tomó mi mano. No pude evitar sonreír cuando me dio un pequeño y tranquilizador apretón.
"Eres demasiado bueno para él", dijo, reflejando mi expresión.
"Tolkien..."
Me atrajo hacia él y lo miré a los ojos, sentí una atracción que no había sentido en mucho tiempo. Lo besé.
Lamió suavemente el espacio donde se encontraban mis labios y los separé. Su lengua se deslizó dentro de mi boca y mientras nuestras lenguas se acariciaban, supe que era inevitable.
Subimos al coche. Me senté en el regazo de Tolkien mientras seguíamos besándonos como adolescentes cachondos. Nos recorrimos el cuerpo con las manos. Él me acarició los pechos y yo gemí cuando sus pulgares recorrieron mis pezones a través de la fina tela de mi vestido.
No podía soportarlo más, lo deseaba tanto que era imposible ignorar el calor entre mis piernas. Además, podía sentirlo palpitar y retorcerse debajo de mí y lo sentía como algo que necesitaba.
Metí mis manos entre nosotros para desabrochar, desabrochar y abrir la cremallera de sus pantalones. Una vez que tuve libre la polla de Tolkien, quedé cautivada.
Estaba húmedo y pegajoso en mi mano, pero más que eso, era jodidamente grande. Grueso. Estaba un poco preocupada de que nunca pudiera hacerlo entrar. Lo acaricié, extendiendo su excitación de arriba a abajo por su miembro, y lo escuché gemir ante mi toque.
Dios, deseaba desesperadamente a Tolkien. Lo necesitaba. Necesitaba esto. Un respiro.
Me quité las bragas y deslicé mi húmeda raja sobre la cabeza de su generosa hombría. Me atrajo hacia él para besarme y, mientras me hundía sobre él, gemí descaradamente en su boca.
Me estiró hasta el límite y casi tenía miedo de moverme, pero una vez que empecé, estaba en el paraíso. Me agarró fuerte de las caderas y, mientras se movían sobre él, masajeaba mi punto dulce con tanta delicadeza que me estaba volviendo delirante. Nuestros gemidos y los sonidos de nuestros cuerpos uniéndose una y otra vez llenaron el auto.
Me golpeó como un maldito tsunami. Surgió de la nada. Estaba tan excitada y él se sentía tan increíble dentro de mí que no pude detenerlo ni contenerlo. Mi espalda se arqueó y mis músculos se tensaron más de lo que jamás creí posible. Gemí tan fuerte que cualquiera que estuviera afuera definitivamente me escuchó. Mis suaves y cálidas paredes se cerraron alrededor de su pene y lo agarraron como si fuera mi único vínculo con la tierra.
Tolkien gimió profundamente, fuerte, y sostuvo mis caderas hacia abajo mientras empujaba hacia arriba y mi cuerpo se estremeció cuando sentí su polla latir violentamente y me llenó de chorros calientes y húmedos de placer.
Jadeábamos en la boca del otro y el olor a sexo flotaba en el aire.
Se escuchó un golpe en la ventana.
Era Stan.
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
