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La gira fue un fastidio. Paramos a repostar y Stan me había enviado un mensaje de texto para que me acercara al autobús de la banda. Sabía que quería gritarme. La noche anterior, me había jodido hasta dejarme sin aliento y luego me había mandado de vuelta a hacer mi trabajo... Tal vez, tal vez, se me cayó un instrumento. Era su guitarra menos favorita, una de repuesto en realidad, pero sabía que me esperaba algo así.
Me gritó delante de la banda, su manager y el conductor. Luego Stan me arrastró hasta la habitación en la parte trasera del autobús, con el pretexto de reprenderme aún más.
Me empujó sobre la cama y se subió encima de mí. Ya me molestaba que me gritaran, y ahora estaba en esta cama que compartía toda la banda, con quién sabe cuánto ADN groupie en ella.
"Me encanta cuando la cagas así", dijo Stan mientras sujetaba mis manos sobre mi cabeza, "porque entonces puedo darte una lección".
—Vete a la mierda —traté de soltarme de su agarre y pude sentirlo palpitar contra mi muslo—. ¿De verdad te excita esto?
Él sonrió, "Todavía no".
Sabía lo que eso significaba. Mi corazón empezó a latir con fuerza y a latir con fuerza en mis oídos.
"¿Cuál carajo es tu problema?"
—Tu maldita boca —pasó su lengua por mi labio inferior y dejó un pequeño mordisco—. Ábrela para mí. Saca esa lengua tuya.
No sabía qué hacer. Sentía que me ardía la cara. Quería regañarlo, contestarle, pero... me quedé paralizada.
Puso su boca en mi oído y apretó mis muñecas con fuerza: "No me hagas abrirlo para ti".
Hice lo que me ordenó y abrí la boca, sacando un poco mi lengua aplastada.
Me sonrió y dijo: "Sabía que anoche te estabas comportando como una reina del drama. No tienes la boca magullada ni nada".
Puse los ojos en blanco y comencé a cerrar la boca pero...
—Detente —ordenó.
Yo obedecí.
Una sonrisa se dibujó en su rostro mientras disfrutaba de mi obediencia inmediata e inequívoca.
Dejó un beso rápido en mi lengua y mi nariz se arrugó mientras lo escuchaba convocar toda la saliva que tenía del fondo de su garganta.
Escupió una bola enorme y pegajosa directamente en la parte posterior de mi lengua.
Cerré la boca y lo tragué.
Finalmente soltó mis muñecas.
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