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RESUMEN
Eric Cartman está obsesionado contigo. 💘
Seré tan honesto como me lo permitas. Te noté de inmediato. Sí, eres jodidamente hermosa, lo que sea. Lo que realmente me llamó la atención fue cuando Kyle chocó contigo. Lo criticaste por ser un idiota y le dijiste que se fuera a la mierda.
Empecé a observarte. Te seguí. Me sorprendí.
En realidad, eres bastante buena para ser una chica. Te gustaba cocinar. Siempre te traían el almuerzo de casa y tenía muy buena pinta. Obviamente, revisé tus redes sociales, pero no había mucha información. Me interesaste.
Tu dormitorio está en el primer piso. Te vi desde tu ventana. Te vi llegar a casa y desvestirte. Te vi quitarte la camisa y los jeans. Te tomé fotos en ropa interior con mi teléfono. Te quitaste el sostén. Te subiste a la cama y te quitaste las bragas. Estabas leyendo en tu teléfono y masturbándote. Estaba duro como la mierda. Comencé a acariciarme mientras te miraba. Escuché el ruido que hiciste cuando te corriste. Me corrí justo después de ti.
Seguí creando formas de que nos encontráramos. Amenacé a nuestra maestra para que nos hiciera compañeros en nuestro proyecto grupal. ¿Cómo? No te preocupes por eso, linda cabecita.
Lo que importa es que pasamos tiempo juntos. Realmente llegaste a conocerme. Al menos, a la persona que yo quería que conocieras.
¿Recuerdas cuando te emborrachaste en la fiesta de Bebe, a pesar de que dijiste que habías tomado como dos tragos? Te observé en la terraza toda la noche hasta que no me entendiste. Te metí en la habitación de Bebe y me quedé contigo toda la noche. Te toqué un poco mientras me masturbaba, pero te mantuve a salvo de los verdaderos pervertidos.
Dejaste esa nota en mi casillero y me puse duro leyéndola. Estabas enamorado de mí. Se lo dijiste a las chicas y las tontas perras comenzaron a distanciarse de ti. Vi que te sentías solo.
Luego tu gato desapareció. Te ayudé a poner volantes mientras yo mantenía al pequeño a salvo en mi sótano. Lo cuidaron bien. Incluso le pedí a Butters que viniera a alimentarlo y a encargarse de la caja de arena. Estaba bien.
Cuando te lo traje de vuelta, estabas extasiada. Me besaste. Joder, quería arrancarte la maldita ropa y ver cómo esa boca se ahogaba con mi polla.
Empecé a colarme por tu ventana por la noche. Te robaba las bragas. Deberías ver la colección que tengo. Prolijamente organizada. Incluso robé un poco de tu pelo de tu cepillo y le hice una prueba de ADN para ver si tenía genes recesivos para asegurarme de que no estaba perdiendo el tiempo.
Joder, eres perfecta.
Cuando me arrastré por tu ventana antes y me quedé de pie junto a ti mientras dormías, supe que era verdad. Tenías las tetas al aire. Sin camiseta. Sin sujetador. Estaba tan duro que me alegré de haber elegido esta noche para tu prueba definitiva.
Bajé tu manta hasta que pude ver esas braguitas rosas. Empecé a acariciarme la polla mientras te miraba. Parecías tan jodidamente pacífica. Me pregunté cómo reaccionarías si de alguna manera despertaras y me vieras. ¿Gritarías? ¿O me dejarías follarte hasta que tu coño estuviera hinchado, dolorido y sangrando sobre tus sábanas?
Sólo pensarlo me hizo correrme. Te lancé cuerdas gruesas y calientes y vi cómo se hundían en la barrera de algodón rosa que te separaba de mí.
Traerte aquí fue más difícil de lo que pensaba. Me aseguré de poner una dosis fuerte en tu cena, pero estabas realmente noqueado, y atar tu peso muerto fue muy molesto.
Ahora vale la pena. Sé que hace un poco de frío en el sótano, pero mientras sigas siendo una buena chica, también estarás bien cuidada.
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