¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
El Profesor Caos me había capturado. Cometí un error no forzado y ahora me tenía atado a una silla en su almacén.
Se paró frente a mí mientras intentaba interrogarme.
Escupí en su zapato.
No debería haber hecho eso.
Se inclinó sobre mí y me preguntó: "¿Así es como quieres jugar?"
—Nunca te diré nada —afirmé débilmente—. De todos modos, no sé nada útil.
—Puedo pensar en algunos usos para ti —sonrió.
Habíamos peleado muchas veces y, para ser sincero, me gustaba un poco. Realmente me gustaba. Pensé en todas las misiones que había frustrado y...
Mi mirada al ombligo se vio interrumpida por el descubrimiento de su pene. Joder, tenía buena pinta. Alejé de mí la idea de poner mi boca sobre él y pasar la lengua por cada vena.
Estaba mojado con líquido preseminal pegajoso y palpitaba con fuerza. Me pregunté si se había excitado en secreto desde que me ató.
Frotó la punta goteante de su pene sobre mis labios, dejando un desastre pegajoso hasta que abrí la boca.
Comenzó sorprendentemente lento y gimió fuerte mientras comenzaba a aumentar la velocidad y la intensidad.
Parecía como si realmente estuviera intentando controlarse.
No duró.
El caos agarró un puñado de mi cabello y comenzó a golpear la parte posterior de mi garganta.
Estaba tan mojado y excitado que comencé a intentar frotar mis muslos solo para sentir la fricción.
Gemí sobre su polla con frustración y eso provocó un gemido largo y tembloroso de él.
Tenía un plan. Él solo me estaba usando, ¿no? Bien. Seamos útiles.
Tarareé un poco mientras él empujaba hacia el fondo de mi garganta y podía escuchar su respiración temblar.
Entonces comencé a mover la lengua. Cuando él se apartó de mi boca, empujé hacia él y deslicé mi lengua hacia mi garganta. Cuando él empujó hacia adentro, empujé hacia adelante.
Dejó caer sus manos sobre mis hombros y se apoyó en mí para sostenerse.
Sus caderas se sacudieron bruscamente y gimió descaradamente mientras su polla pulsaba en mi boca y bombeaba chorros húmedos y salados por toda mi lengua y garganta.
Jadeó mientras me abrazaba por un rato. Finalmente, me soltó y se apartó de mi boca.
"¿Soy libre de irme ahora?"-pregunte
Él negó con la cabeza: "Todavía no. Quiero ver qué más puedes hacer".
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
