8.- La imaginación del gato

18 1 3
                                    

Los besos en el cuello hacían que su temperatura corporal aumentará en sobremanera

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Los besos en el cuello hacían que su temperatura corporal aumentará en sobremanera. Se sentía adormilado por las caricias recibidas en varias partes de su cuerpo. El roce del contrario generaba una descarga de placer, por la que inevitablemente rogaba por más.

Pronto tomo la mata de cabellos negros que rozaba con su mandíbula, para revelar el rostro de su amante.

—Yoongi —gimió con naturalidad, acercando su rostro para recibir un maravilloso beso.

Y entonces despertó cuando se cayó de la cama.

—¡Ahh! —se quejó cuando se sentó en el suelo, llevando sus manos a su rostro—. ¡Tuve un sueño húmedo con mi jefe! Maldita sea.

Ahora comenzaba a pensar en que su atracción por su jefe era mucho más fuerte de lo que pensaba.

—Esto se me va a salir de las manos, Doro —habló al gato que lo observaba desde la cama.


-------------------🐱-------------------


—No te rías, no es gracioso —reprendió a Taehyung, quien después de escuchar como su jefe Eunwoo se le había declarado comenzó a reír por haberlo rechazado. Aún más porque se encontraban en un local de comida rápida.

—Es que Jimin, yo te lo había dicho —dijo tratando de calmar su risa—. Te lo dije, tu jefe está enamorado de ti.

—Sí, bueno ¿Cómo se supone que iba a saber eso? —se defendió comiendo una de las papas que tenía en su plato—. A veces las personas son amables, como mi jefe Yoongi.

—Pues tu jefe Eunwoo, era amable porque buscaba tu amor —obvio—, y probablemente tu jefe Yoongi también.

—No me digas eso —rogó—, últimamente ha estado confundiéndome y siento que me estoy enamorando.

Taehyung dejó caer la papa que estaba comiendo, sorprendido ante la repentina confesión de Jimin. Algo que no había escuchado desde hace mucho.

—Espera, espera, espera —pidió cuando salió del shock—, contexto.

Jimin lo miró con el calor subiendo por sus mejillas. Ahora que se daba cuenta, aquella confesión había sido muy apresurada y al mismo tiempo hacía más real su sentir.

—Bueno, han estado pasando cosas que me confunden —comenzó a hablar—, después de que fuimos a la cafetería que te conté —Taehyung asintió—, en el trabajo, a veces me regala bolsas de bolitas de queso o una flor con notas graciosas.

Se le estaba haciendo una costumbre que Jungkook, el asistente de su jefe, llegara a él con un nuevo regalo o en su defecto sea su mismo jefe quien le de los preciosos detalles. Aparte de que las conversaciones cada vez lo hacían más cercano a él, al grado de esperar con ansias el siguiente encuentro.

El libro del gatoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora