JiMin tenia una vida de mierda, y lo decía el mismo, un trabajo horrible con una paga qué solo le alcanzaba para sus gastos mensuales, aunque bueno, fue despedido, vivía en un edificio a punto de ser considerado basura, su vecino de arriba siempre h...
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Suzuki, decidió tomarse un descanso y entró en una cafetería que no se veía especialmente cara, pero en ese momento a él no le interesaba cuan sofisticado era aquel lugar, solo quería distraerse y buscar algún plan para secuestrar a Jimin, porque parecía que ambos planes se le estaban saliendo de las manos. Más aún porque Yoongi le había puesto mucha seguridad.
Fue entonces cuando, sentado en una de las mesas, escuchó un murmullo que captó su atención.
Cerca de la ventana, dos mujeres hablaban en voz baja, pero lo suficientemente fuerte como para que Suzuki captará partes de la conversación. Las palabras "Jimin" y "odio" resaltaban claramente entre las demás. Su curiosidad se encendió, y en lugar de ignorar la charla, se acercó discretamente, fingiendo que estaba buscando una mesa cercana.
—Es que no lo soporto —decía una de las mujeres, claramente molesta—. Jimin se cree el centro de todo solo porque está con Yoongi. ¡Como si fuera tan especial!
La otra mujer asintió con vehemencia. —Exactamente. Es una farsa. No entiendo qué ve Yoongi en él. ¡No merece estar a su lado!
Suzuki, captando la oportunidad, tomó su café y se acercó más a ellas.
—Perdonen, pero no pude evitar escucharlas —fingiendo sorpresa, les dirigió una sonrisa —. Parece que están hablando de alguien que también conozco. ¿Jimin? El novio de Min Yoongi, CEO de Dimiourgia, ¿verdad?
Ambas mujeres lo miraron sorprendidas, pero una de ellas, la que parecía más frustrada, asintió lentamente.
—Sí. ¿Tú lo conoces?
Suzuki se sentó a su lado, claramente interesado.
—Digamos que he tenido algunos... problemas con él —analizó detenidamente la reacción de las mujeres—. ¿Por qué no me cuentan qué es lo que realmente piensan de Jimin?
La mujer que había hablado primero se cruzó de brazos.
—No es solo lo que pienso de él. Es que Jimin no tiene ningún derecho de estar con Yoongi. Y lo peor es que Yoongi está ciego con él. No lo ve como realmente es.
—¿Y cómo es realmente Jimin? —Suzuki arqueó una ceja, intrigado.
La segunda mujer, quien hasta entonces había estado en silencio, intervino con una voz más baja pero cargada de resentimiento.
—Un oportunista. Solo está con Yoongi por lo que puede obtener. Todos lo saben, pero Yoongi no quiere verlo.
Suzuki miró a la joven más de cerca, y entonces notó algo en su expresión, una chispa de emoción contenida.
—¿Y tú? Parece que hablas desde un lugar más personal. ¿Acaso también trabajas para Yoongi?
La mujer se tensó ligeramente, pero luego asintió.
