JiMin tenia una vida de mierda, y lo decía el mismo, un trabajo horrible con una paga qué solo le alcanzaba para sus gastos mensuales, aunque bueno, fue despedido, vivía en un edificio a punto de ser considerado basura, su vecino de arriba siempre h...
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
Dos años después...
Los golpes en la puerta fueron fuertes, parecía que querían tirarla.
Jimin se removió en la cama, medio adormilado, disfrutando del calor y la tranquilidad que lo envolvían. Estaba profundamente acurrucado junto a Yoongi, quien aún dormía, con su brazo protectoramente sobre él. La luz del sol apenas comenzaba a filtrarse por las cortinas, y todo parecía perfecto. Pero, de repente, el estruendo de golpes violentos en la puerta principal sacudió el silencio de la casa, una vez más.
—¡Jimin, despierta! ¡Es el gran día! —la voz de Taehyung, claramente emocionado, resonó desde el otro lado de la puerta.
Jimin frunció el ceño, confundido y aún medio dormido. Se frotó los ojos, tratando de procesar lo que estaba pasando, pero los golpes no cesaban.
—¡Jimin! ¡Sabemos que estás ahí! ¡Levántate, tienes que casarte hoy! —la voz de Seokjin ahora se unía al bullicio, sonando igualmente entusiasta y molesta al mismo tiempo.
Jimin parpadeó varias veces, sentándose lentamente en la cama. A su lado, Yoongi también comenzó a despertarse, aunque mucho más calmado.
—¿Qué está pasando? —preguntó Yoongi, con voz adormilada, mientras se pasaba una mano por el rostro.
Jimin lo miró con una mezcla de exasperación y humor.
—Creo que mis amigos han decidido que hoy es el día de mi boda y que no me van a dejar dormir —respondió, su tono teñido de resignación.
Los golpes continuaban.
—¡Jimin, no intentes esconderte, sabemos que estás adentro! —gritó ahora Hoseok, quien también parecía haberse unido a la banda de despertadores humanos—. ¡No puedes huir de esto!
Jimin soltó un largo suspiro y se levantó de la cama, estirándose mientras Yoongi lo observaba con una sonrisa divertida. Sin molestarse en ponerse algo más formal que sus pantalones de pijama y una camiseta vieja, Jimin se dirigió hacia la puerta de la habitación.
—Voy a matar a Taehyung —murmuró entre dientes, aunque con una sonrisa traviesa en los labios.
Yoongi, aún en la cama, lo observó con ternura mientras Jimin se acercaba a la puerta de la casa. Los golpes no cesaban y las voces se entremezclaban, cada vez más insistentes.
—¡Ábrenos, Jimin! —gritó Taehyung de nuevo—. No vamos a dejar que llegues tarde a tu propia boda.
Jimin abrió la puerta con un tirón brusco, encontrándose cara a cara con Taehyung, Seokjin y Hoseok, quienes lo miraban con una mezcla de emoción y expectación. Taehyung estaba vestido con un traje impecable, claramente listo para el gran día, mientras que Seokjin y Hoseok también llevaban trajes elegantes. Parecían una especie de escuadrón de bodas desquiciado.
—¿En serio? —dijo Jimin, cruzando los brazos y mirándolos con una ceja levantada—. ¿Es necesario este nivel de agresión matutina?
—¡Es absolutamente necesario! —respondió Taehyung con una sonrisa enorme—. ¡No todos los días te casas con el hombre de tus sueños, amigo! ¡Vamos, tenemos que prepararte!
