"Guerrero Entre Héroes" (Gohan del Futuro En My Hero Academia Remake)

Capitulo 51

Mientras los villanos se dirigían a la ciudad de Daika, la atmósfera en el vehículo era una mezcla de tensiones, pensamientos profundos y una notable distracción entre algunos de los miembros. Shigaraki, visiblemente frustrado, miraba al horizonte, sus dedos tamborileando nerviosamente sobre su rodilla. Había intentado reclutar al Ejército de Liberación Meta, pero todo había salido terriblemente mal. En lugar de aliados, ahora tenían un enemigo formidable. La captura de Giran, un miembro valioso para la Liga de Villanos, solo complicaba más las cosas.

Shigaraki (Mente): Re-Destro nos subestima... nos ha declarado la guerra, pero pronto se dará cuenta de su error. Aunque... -Su voz se desvaneció un poco, recordando lo poco que le gustaba la presencia de Lady Nagant en la Liga- ... cuando supe que Lady Nagant se unió, lo acepté, pero cuando Toga volvió, sentí una rabia que no puedo ignorar. Nos estamos quedando sin personal y recursos. No tuve otra opción.

Al otro lado, Dabi estaba perdido en sus pensamientos, mirando el paisaje con expresión inescrutable. Había utilizado el Dron Insecto de la Liga para espiar a su antigua familia. La información que descubrió no solo le complicaba sus planes, sino que también le resultaba perturbadora. Son Gohan, el enemigo más peligroso de la Liga en estos momentos, estaba saliendo con su hermana menor, Fuyumi. Ese hecho le hacía cuestionarse qué tan cerca podría estar de alcanzar su venganza.

Mientras tanto, Kaina miraba por la ventana, una sonrisa ligera y cálida cruzaba su rostro. Su corazón latía más rápido al recordar lo que sucedió el día anterior. Gohan había tomado un gran riesgo al ir a la guarida de la Liga de Villanos solo para verla. Ese simple hecho la hacía sentir especial, le alegraba el corazón. Sin embargo, el recuerdo de lo que sucedió después le provocó un rubor intenso en las mejillas. Había sido una noche increíble junto a Toga y Gohan, y aunque estaban en medio de una situación tensa, los recuerdos de esa experiencia la hacían sentirse renovada y algo más ligera.

Toga, sentada en el asiento trasero, afilaba su espada con meticulosa precisión. Mientras lo hacía, su mente corría a mil por hora, pensando en miles de formas de usarla contra Shigaraki. Aún no le había perdonado por haberla expulsado hace un año, y aunque había vuelto, la desconfianza y el resentimiento seguían latentes. Sin embargo, el entrenamiento que recibió de Gohan, combinado con la "habilidad" que había obtenido tras perder su Quirk al beber su sangre, le daban una confianza renovada. Se sentía capaz de enfrentarse al ejército ella sola si fuera necesario. Además, el recuerdo de la noche anterior, donde había estado con Gohan y Kaina, también la mantenía motivada. Sus mejillas se sonrojaron mientras revivía mentalmente los momentos que compartió con ellos. Gohan había despertado en ella emociones y deseos que no había experimentado antes, y esa conexión la hacía sentir más fuerte, más viva.

Twice, por su parte, estaba completamente ajeno a las tensiones en el ambiente, profundamente dormido en su asiento. La noche anterior había sido una locura para él, ya que pasó horas sin poder dormir por los ruidos que escuchó provenientes de la habitación donde Toga y Kaina pasaban tiempo con Gohan.

Mientras el vehículo seguía su rumbo, todos los villanos, a su manera, estaban atrapados en una maraña de emociones.
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La Liga de Villanos llegó finalmente a Daika, una ciudad que se encontraba completamente bajo el control del Ejército de Liberación Meta. Los ciudadanos comunes se habían unido al ejército, adoptando sus ideales con fervor. Mientras avanzaban por las calles, Shigaraki, Kaina, Toga, Dabi, y Twice notaron la magnitud de lo que enfrentaban. La ciudad entera se había convertido en un campo de batalla, y el Ejército de Liberación había preparado sus fuerzas con la intención de aniquilar a la Liga.

Shigaraki, ahora con sus nuevas mejoras, observó el paisaje caótico con una sonrisa torcida. Su poder había crecido de manera exponencial gracias a las mejoras que recibió, y este sería el escenario perfecto para probar su potencial. Sin decir una palabra, alzó una mano, extendió sus dedos y, en un segundo, todo a su alrededor comenzó a desintegrarse. Las calles, los edificios, e incluso algunos de los ciudadanos se convirtieron en polvo bajo su toque.