Pasaron los días y la situación en Japón comenzó a desmoronarse rápidamente. Los acontecimientos en Daika habían dejado una marca profunda en la sociedad de héroes. Muchos héroes profesionales comenzaron a retirarse, sintiendo que no estaban a la altura de la amenaza que enfrentaban. La criminalidad aumentó, no solo por la falta de héroes, sino también porque varias de las prisiones habían sido destruidas, liberando a los villanos más peligrosos del país. Las ciudades, antaño seguras, ahora estaban sumidas en el caos.
Héroes de la U.A. y de otras academias heroicas se vieron obligados a tomar el trabajo de aquellos que abandonaron, dejando cada vez menos tiempo para las clases. Los estudiantes de héroes eran llamados a combatir, a pesar de que muchos no estaban completamente preparados. Todo el sistema heroico parecía tambalearse, mientras la desesperación se hacía palpable en cada rincón del país.
En su habitación de la U.A., Izuku Midoriya se encontraba sentado, perdido en sus pensamientos. Había salido a caminar hace unas horas, con la esperanza de aclarar su mente, pero lo que había visto solo le había dejado un peso mayor en el corazón. En su trayecto, notó cómo algunos civiles habían comenzado a organizarse, formando grupos de autodefensa para protegerse ante la falta de héroes. La desesperación y el miedo se veían en sus rostros. Habían perdido la fe en los héroes, y eso era lo más aterrador.
Cuando llegó al centro de la ciudad, algo capturó su atención: la estatua de All Might, el Símbolo de la Paz, ahora lucía un cartel colgado del cuello que decía en letras grandes y rotundas: "Yo no estoy aquí". Esa frase resonó en la mente de Izuku, un recordatorio cruel de que el símbolo de esperanza en el que tanto habían confiado, ya no estaba presente para salvarlos. La realidad lo golpeaba como una tormenta: la sociedad en la que había crecido, el mundo de héroes y villanos que había conocido toda su vida, estaba desapareciendo.
Izuku no sabía qué hacer. Sin el poder del One For All y sin la presencia de Gohan, que aún seguía en estado crítico sin despertar, todo parecía incierto. La angustia era palpable, no solo entre los estudiantes, sino especialmente en las novias de Gohan, que no dejaban de preocuparse por él. La ausencia de su maestro, su guía, era un vacío que no podía llenar. Izuku sentía el peso del mundo sobre sus hombros, y sin respuestas claras, lo único que podía hacer era aferrarse a la esperanza de que Gohan despertara y todo cambiara... aunque cada día que pasaba, esa esperanza parecía desvanecerse un poco más.
Cada vez que Eri preguntaba por su "papá", el corazón de Izuku se encogía. Era doloroso verla con la esperanza intacta, preguntando una y otra vez cuándo volvería. Izuku sabía, al igual que los demás, que Eri tenía el poder de curarlo, pero el "doctor" a cargo de Gohan siempre encontraba excusas para impedir que lo hiciera. Decía que Gohan necesitaba tiempo, que su cuerpo estaba demasiado débil o que usar el poder de Eri podría ser peligroso. Sin embargo, para Izuku y los demás, era evidente que este hombre no era más que un oportunista, alguien que disfrutaba de la atención y la fama que le traía el estar a cargo del Gran Saiyaman. No le importaba la recuperación de Gohan, sino prolongar su propia relevancia.
Izuku había empezado a abrir los ojos desde hace tiempo. La corrupción en el sistema heroico era cada vez más evidente para él. No solo en la Comisión de Seguridad Pública, que priorizaba sus propios intereses antes que el bienestar de los héroes y civiles, sino también en algunos héroes mismos, quienes ponían su fama y carrera por encima de su deber de proteger. Recordaba con desilusión el momento en que vio a Gohan, el hombre en el que más confiaba, sobornar a ciertos funcionarios para poder proteger a los villanos bajo su cuidado. Aunque entendía el motivo de Gohan, fue un golpe duro para Izuku ver cómo incluso los héroes que admiraba tenían que comprometerse con un sistema podrido.
Con ese peso sobre sus hombros, Izuku tomó su libreta y salió al campo de entrenamiento. Tenía un objetivo claro en su mente: si nadie haría lo correcto, él lo haría. Ya no podía confiar en los héroes para salvar el día, ni siquiera en la figura de All Might, y Gohan seguía en estado crítico. Izuku decidió que no sería un héroe tradicional, ni un guerrero como Gohan. En su corazón sabía que debía convertirse en algo más: un protector, alguien dispuesto a hacer lo que fuera necesario para salvar a los inocentes.
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"Guerrero Entre Héroes" (Gohan del Futuro En My Hero Academia Remake)
FanfictionDeseando dejar atrás las peleas constantes, Gohan quiere retomar sus estudios y sueña con convertirse en un gran científico, siguiendo la pasión por el conocimiento que siempre ha tenido. Sin embargo, su sangre Saiyajin lo impulsa a seguir entrenand...