Deseando dejar atrás las peleas constantes, Gohan quiere retomar sus estudios y sueña con convertirse en un gran científico, siguiendo la pasión por el conocimiento que siempre ha tenido. Sin embargo, su sangre Saiyajin lo impulsa a seguir entrenand...
Izuku, Bakugou y Todoroki se movían con precisión letal en medio del caos. Shoto alternaba entre ráfagas de hielo y fuego, congelando a algunos enemigos en su lugar mientras otros eran consumidos por sus llamas. Bakugou, con su característico estilo explosivo, reducía a cenizas a los criminales que se le interponían, sus explosiones iluminando la escena como destellos en la oscuridad.
Deku, por su parte, mantenía su enfoque frío y calculador. Golpeaba en puntos vitales con precisión quirúrgica, incapacitándolos en segundos. Cada puño que lanzaba era rápido y certero, sin espacio para la duda.
En medio de la batalla, un hombre destacó entre el grupo. De cabello rojo oscuro, vestido con un traje elegante, y un parche cubriendo su ojo derecho, intentaba escabullirse entre las sombras. Sin embargo, antes de que pudiera escapar, Deku lo localizó y lo interceptó con un veloz movimiento, tumbándolo al suelo con una patada giratoria.
Antes de que el criminal pudiera reaccionar, Izuku se plantó sobre él, su mirada oscura y fría.
Deku: Si quieres vivir -Dijo en voz baja pero firme- será mejor que nos lleves hasta tu líder.
El hombre (Giulio Gandini) jadeaba, sintiendo la presión de la situación. Miró a Izuku, luego a Bakugou y Todoroki acercándose detrás de él, y entendió que no tenía escapatoria.
Giulio: Está bien -Dijo con resignación, levantando las manos en señal de rendición- No tengo otra opción... Los llevaré.
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Guiados por Giulio, Deku, Bakugou y Todoroki llegaron a una zona alejada, donde la opulencia de la familia criminal Gorini se hacía evidente. El edificio era una mansión extravagante, iluminada por candelabros dorados y rodeada de vehículos de lujo. A través de las amplias ventanas, podían ver una fiesta en pleno apogeo: hombres y mujeres vestidos con trajes elegantes, disfrutando de la música suave mientras copas de vino se alzaban en brindis.
Desde su posición oculta, Izuku agudizó sus sentidos. Cada presencia en la mansión era intimidante, pero ninguna superaba el nivel que ellos no pudieran manejar.
Bakugou: Vamos a aplastarlos ya, ¿no? *Murmuró con impaciencia*
Izuku: Aún no -Negó con la cabeza- Tenemos que esperar el momento adecuado.
De repente, la atención de los invitados se centró en el escenario improvisado dentro del salón. Una figura emergió del fondo: un hombre en un elegante traje de gala blanco. Caminó hacia el centro, sus pasos resonando como si no tuviera prisa. Luego, con una voz calmada y autoritaria, comenzó a hablar:
"Con All Might fuera del camino, y el Gran Saiyaman desaparecido... Es inevitable que surja un nuevo símbolo. Alguien fuerte. Alguien... definitivo."
El hombre se quitó lentamente una máscara de hierro que cubría parte de su rostro. Cuando su rostro quedó al descubierto, Deku sintió que el aire le faltaba. Tanto él como Bakugou y Todoroki quedaron impactados: el hombre frente a ellos se parecía increíblemente a All Might. No solo compartía su complexión atlética, sino también los característicos mechones que sobresalían como antenas.
