🌸 Parte 2 | Un Caballero en Problemas

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Narra Twilight:

Mi mente seguía dando vueltas como una rueda desbocada. ¿Mía? ¿Cómo había terminado en esta situación? ¡Todo esto empezó con un simple jarrón roto y ahora... ahora estoy a punto de ser convertida en concubina de un rey oscuro! A este ritmo, ¡lo próximo será que me pidan escribir libros sobre este desastre!

Sombra, todavía con esa mirada maliciosa y una sonrisa que parecía prometer un sinfín de problemas, se inclinó hacia mí lentamente. Cada centímetro que se acercaba hacía que mi corazón latiera más rápido. ¡Esto no podía estar pasando! Su hocico estaba peligrosamente cerca del mío, y lo que fuera que planeaba hacer claramente no era solo una charla amistosa sobre el servicio en el castillo.

—Como tu primera tarea como mi nueva concubina... —susurró, con la voz suave como la seda oscura—, debes aprender a... complacerme.

¡Ay, esto es el fin! ¡Fin de la sirvienta, principio del desastre total!

Justo cuando podía sentir su aliento en mi rostro, con sus labios peligrosamente cerca, ¡BAM! La puerta del salón se abrió de golpe, y allí estaba... ¡Shining Armor! Mi querido hermano, vestido con su brillante armadura de caballero del Imperio. Normalmente era el bastión de la lealtad, el orgullo del reino... pero ahora su rostro era una mezcla de horror, indignación y algo que podría describir como: 

"¿QUÉ LE ESTÁS HACIENDO A MI HERMANITA?".

—¡Sombra! —exclamó Shining, su voz resonando como un trueno mientras se interpuso entre el rey oscuro y yo—. ¿Qué crees que estás haciendo?

El rostro de Sombra se oscureció como una tormenta a punto de estallar. ¿Sabes esos momentos en los que todo se pone demasiado tenso y no puedes evitar pensar, oh no, esto se va a poner feo? Bueno, esto era peor. Sombra dio un paso atrás, enderezándose, y su expresión pasó de curiosa a molesta en un parpadeo.

—¿Shining Armor? —gruñó, como si su nombre le supiera a polvo—. ¿Tienes el descaro de interrumpirme? A mí, tu rey.

Shining no se inmutó. Se mantenía firme, aunque pude ver cómo sus patas temblaban ligeramente. Lo conozco demasiado bien, sabía que estaba luchando entre su deber como caballero leal y su instinto protector de hermano mayor.

—¡No puedes hacerle esto a Twilight! —gritó Shining, su mirada llena de determinación—. ¡Es mi hermana! No puede ser una concubina, ¡Tómame a mí en su lugar!

¡¿QUÉ?!

Mis ojos se abrieron como platos y miré a Shining con incredulidad. ¿Cómo había llegado esto a tal extremo? ¡De limpiar jarrones a ser vendida a Sombra y ahora mi hermano ofrecía su vida por la mía! 

El día más extraño de mi vida, sin duda alguna.

Sombra frunció el ceño, claramente ofendido por la interrupción y por el desafío. Su melena de sombras se arremolinaba peligrosamente a su alrededor.

—¿Tu vida? —dijo con tono amenazante, avanzando lentamente hacia Shining—. ¿Crees que me interesa? ¿Crees que me harás cambiar de opinión?

Las sombras a su alrededor comenzaron a oscurecerse aún más, y con un simple gesto de su casco, lanzó un hechizo. Las sombras se enredaron en las patas de Shining, inmovilizándolo al instante. Él luchó contra ellas, pero era inútil. La magia de Sombra era demasiado fuerte, y su ira, palpable.

—¡Déjalo en paz! —grité, poniéndome entre ambos. Mis patas temblaban y mi corazón parecía querer escapar de mi pecho, pero no podía quedarme quieta—. No le hagas daño, ¡por favor!

La Concubina del Rey | TWIBRADonde viven las historias. Descúbrelo ahora