🌸 Parte 12 | El verdadero valor

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Narra Twilight:

Había demasiados eventos esta semana.

El salón del gran evento estaba lleno de nobleza y lujos que me seguían resultandos extraños, por no decir sofocantes. Vestidos elegantes, joyas brillantes, sonrisas falsas... Era difícil encajar en un lugar donde hasta la mínima palabra podía ser motivo de chismes. Y aquí estaba yo, Twilight Sparkle, tratando de caminar con un poco más de gracia de la que normalmente podía reunir. Después de todo, soy una concubina del Rey Sombra, ¿no? Ya había aprendido a manejar los corsés, las miradas altivas de los nobles, y hasta las presiones de estar siempre impecable. Pero había algo que no podía evitar: las otras concubinas.

Gleaming Jewel, Velvet Whisper y Radiant Shine se habían tomado su papel de "competencia" de una manera muy personal desde el día en que llegué. Aunque no lo decían abiertamente, siempre trataban de avergonzarme en los eventos, de dejar claro que yo no pertenecía a este círculo de elegancia. Hoy no sería la excepción.

Mientras intentaba mantenerme lo más digna posible, noté cómo las tres se acercaban con sonrisas llenas de veneno, haciéndome sentir como si fuera una presa a punto de ser cazada.

—¡Twilight! —exclamó Velvet Whisper, su tono tan dulce que casi hacía daño—. Qué gusto verte por aquí. Aunque... parece que tu vestido es un poco simple, ¿no crees?

—Oh, sí... —añadió Radiant Shine, inspeccionando mi atuendo con una mirada crítica—. Quizás lo simple es mejor para alguien como tú. Después de todo, sabemos de dónde vienes, ¿no?

Mis orejas se levantaron al escuchar eso. "Sabemos de dónde vienes." Lo decían como si fuera algo que debiera avergonzarme. Como si mis orígenes humildes fueran una desventaja. ¡Pero no lo eran!

—A mí me encanta cómo te esfuerzas, Twilight —dijo Gleaming Jewel, acercándose demasiado para mi comodidad—. Aunque claro, no todas podemos ser concubinas "principales", ¿verdad? Algunas solo están aquí porque el Rey se aburrió de sus juguetes anteriores.

El fuego de la ira comenzó a arder en mi pecho. ¿Juguete? ¿Es eso lo que soy para ellas? ¡Basta! Ya había tenido suficiente de sus insinuaciones, de sus intentos por avergonzarme y hacerme sentir inferior. No era un simple adorno en el palacio del Rey, ¡y no iba a llorar ni agachar la cabeza!

Respiré hondo, enderecé mi postura y levanté la cabeza, mirando directamente a las tres con una confianza que no sabía que tenía.

—¿Sabes, Gleaming Jewel? —comencé, mi voz firme—. Es curioso que hables de juguetes, cuando parece que tú misma te has quedado en el mismo papel desde hace tiempo.

Radiant Shine y Velvet Whisper soltaron pequeños jadeos, sorprendidas de que les respondiera. ¡Pero no me iba a detener ahí!

—Si el Rey quisiera rodearse de adornos inservibles —continué—, estoy segura de que podría encontrar algo en las vitrinas del salón. Pero aquí, no estamos por cómo nos vemos. Yo, al menos, sé que he llegado aquí porque tengo algo que ofrecer más allá de un vestido caro. Así que, si piensas que un vestido define quién soy o de dónde vengo... —hice una pausa, asegurándome de que mi mirada fuera lo suficientemente fuerte para mantener su atención—. Entonces, puede que tú seas la que debería reflexionar un poco sobre tu propio valor.

Sentí la mirada intensa de las otras yeguas clavada en mí, pero esta vez era diferente. No estaba temblando ni me sentía pequeña. No. Esta vez, yo tenía el control.

—Y en cuanto a ser una concubina "principal"... —añadí, ahora mirando a Gleaming Jewel directamente—. El favor del Rey no se gana con palabras venenosas ni juegos de celos. Si estoy aquí, es porque él lo ha querido. Si él decide quedarse conmigo o contigo, será su decisión, no la tuya.

La Concubina del Rey | TWIBRADonde viven las historias. Descúbrelo ahora