Shen Jiu regresa en el tiempo a cuando era un esclavo en la mansión Qiu después de que termina su segunda vida como un joven maestro mimado de una familia rica en el mundo moderno. El le dice un rotundo NO y elige quedarse fuera de la situación y se...
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NOTA
Luo Binghe le pregunta a Shang Qinghua si tiene alguna información y él inesperadamente le responde.
//En todo caso la música que puse en la parte superior de la lectura sirve para mas adelante ^w^ //
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Con la Conferencia de la Alianza de Todos los Inmortales tan cerca, Mu Qingfang y los otros Señores de la Cumbre estaban casi ocupados preparando a sus discípulos. Aunque los practicantes de la Cumbre Qian Cao se enfocan principalmente en curar a los participantes heridos para entrenar sus habilidades durante la competencia, aun así era una gran cantidad de preparación necesaria antes del evento real.
Como tal, Mu Qingfang no había podido visitar el Mirador de Tianyi para ver al inusual paciente con la extraña historia conflictiva. También estaba demasiado preocupado para visitar la ciudad de Qiu para investigar las afirmaciones de la dama.
Sin embargo, unas semanas antes de la conferencia, recibió una carta del líder de la secta Fu Luyi en la que le informaba que su paciente, Qiu Haitang, había logrado escapar del templo y que aún no lo habían encontrado. Preocupado, pero no dispuesto a preocupar más al líder de la secta Yinhua por lo que podría ser una falsa alarma, fue al pico Qiong Ding para hablar primero con su propio líder de secta.
Mu Qingfang no se sorprendió al ver a Yue Qingyuan sentado junto a Shang Qinghua. La Cumbre An Ding era la división más afectada durante cualquier evento a gran escala, ya que eran responsables de la logística del transporte de recursos para sus discípulos y los Señores de la Cumbre durante el evento de una semana de duración. No era inusual ver al Señor de la Cumbre en profundas discusiones con el líder de su secta durante este período de tiempo.
Sinceramente, verlos a ambos juntos hizo que Mu Qingfang se sintiera mejor al discutir este tema, considerando que estos dos individuos eran las dos personas que probablemente conocían mejor a Shen Jiu.
—¿Qué sucede, Mu-shidi? —preguntó Yue Qingyuan, con el ceño fruncido en señal de preocupación—. Es inusual que Mu-shidi venga a pedirme consejo, a menos que se trate de un asunto grave.
