Shen Jiu regresa en el tiempo a cuando era un esclavo en la mansión Qiu después de que termina su segunda vida como un joven maestro mimado de una familia rica en el mundo moderno. El le dice un rotundo NO y elige quedarse fuera de la situación y se...
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NOTA
Shen Jiu recuerda lo lejos que habían llegado sus hijos y luego actúa. Yue Qingyuan recibe una bofetada en la cara. Aunque no literalmente.
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"Este año haremos las cosas un poco diferentes", informó Shen Jiu a sus discípulos reunidos.
Intercambiaron miradas emocionadas pero guardaron silencio, escuchando atentamente a su líder de secta.
"Este año tendremos un tema. Ese tema es la Juventud", anunció Shen Jiu. "Todos somos los jóvenes del futuro, reemplazando a los viejos y a los irrelevantes. Quiero que aporten la energía y la sinergia de las que son capaces en esta Fiesta de la Cosecha".
"Debido al anuncio de mi ascensión como líder de la secta, muchas otras sectas vendrán, ya sea para unirse a la celebración de mi ascenso o para usarlo para indagar en los secretos de nuestra secta", continuó Shen Jiu.
Algunos de sus discípulos pusieron cara de tozudez ante la idea de que alguien ajeno a la secta se metiera en sus asuntos. La mayoría de ellos habían crecido sin nada que contar, así que la secta era todo lo que tenían y la protegían con un celo que podía rivalizar con los dragones occidentales de los viejos cuentos que guardaban su tesoro.
Esta era su familia. La familia que habían trabajado duro para construir juntos en un mundo que los había abandonado voluntariamente. Esto era suyo y ningún cultivador moralista tenía derecho a reclamar lo que era suyo.
"Pero no podrán hacer ninguna de las dos cosas", aseguró Shen Jiu, "porque en lugar de celebrar mi ascensión, he decidido que la celebraremos todos".
"Los jóvenes de Yinhua."
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