𝐇𝐲𝐩𝐧𝐨𝐭𝐢𝐳𝐢𝐧𝐠 ;; 𝙽𝚎𝚝𝚎𝚢𝚊𝚖 𝚢 𝙻𝚘'𝚊𝚔 𝚡 𝚘𝚌 | +𝟷𝟾

tres.

Durante días, Danae había salido a explorar los exuberantes y salvajes paisajes del bosque de Pandora, fascinada por la inmensidad y la belleza de aquel mundo que la había visto crecer pero del cual había estado apartada por tanto tiempo. Caminaba con confianza, acostumbrada ya al peso de la ajustada mascarilla que le permitía respirar en la atmósfera de Pandora. Lo que no sabía era que no estaba sola. Cada noche, desde las sombras, dos figuras Na'vi la observaban con atención, ocultos entre la frondosa vegetación. Neteyam y Lo'ak, siempre sigilosos, la seguían a distancia, intrigados por su presencia.

—¿Deberíamos reportarla? —susurró Lo'ak, manteniendo su tono bajo, consciente de que cualquier sonido podría revelar su posición. Sus ojos, afilados y curiosos, no se apartaban de la figura de Danae, que se movía con gracia entre los árboles, ajena a la atención que atraía.

Neteyam, más serio y cauteloso, observaba en silencio. Sabía que reportar su hallazgo significaría consecuencias graves, pero algo en su interior le decía que había más en aquella humana de lo que parecía a simple vista. Finalmente, con un susurro apenas audible, respondió: "No puede ser."

Lo'ak siguió la dirección de su mirada y, para su asombro, vio lo que su hermano estaba observando. Danae no estaba sola. A su lado, caminaba un hombre Na'vi imponente, alto y musculoso, aunque había algo extraño en él, algo que les hizo detenerse de golpe. Lo'ak tardó solo unos segundos en reconocerlo. Quaritch.

El Coronel Quaritch, el hombre al que toda su familia había dado por muerto en la última batalla. El villano de las historias que su padre, Jake Sully, solía contarles cuando eran más jóvenes. Y allí estaba, vivo, y no solo eso: estaba con una humana que parecía ser... su hija.

— No puede ser— murmuró Neteyam de nuevo, esta vez con una mezcla de confusión y alarma en su voz. Su mirada se endureció al ver las muestras de afecto entre Danae y el Coronel. — Tenemos que reportar esto a nuestro padre.—Hizo una señal a Lo'ak para que se retiraran sin hacer ruido.

Mientras Danae y su padre estaban junto al río, jugando despreocupadamente con el agua, completamente ajenos a que eran observados, Neteyam y Lo'ak se deslizaron entre los árboles con agilidad, intentando procesar lo que acababan de presenciar. La risa de Danae resonaba en el aire, mientras intentaba devolver la broma de su padre.

—No hagas eso, papá— dijo, entre risas, mientras intentaba mojar a Quaritch, quien sonreía de manera poco característica.

Neteyam y Lo'ak se alejaron rápidamente, con pasos ágiles y silenciosos, su mente llena de preguntas. Mientras caminaban de vuelta a su campamento, Lo'ak no podía apartar de su mente la imagen de Danae. Recordó las veces que Spider, el niño humano que había crecido con ellos, hablaba de una hermana que nunca conoció, alguien de quien no se tenía más noticias. Ella estaba viva.

—¿Cómo es posible que sea la hija de Quaritch?— pensaba Lo'ak en voz alta, la incredulidad en su voz. Había sentido una extraña atracción hacia la humana, algo diferente de lo que había experimentado con otras mujeres de su clan. Había algo en ella, en su cabellera rojiza que brillaba bajo la luz de Pandora, que lo mantenía intrigado.

Neteyam, por su parte, estaba más concentrado en el peligro inminente.

—No solo está viva— murmuró con una mezcla de preocupación y frustración, — sino que está con Quaritch. Esto cambia todo. Y algo deben estar planeando —

La relación entre Jake Sully y el Coronel era complicada, marcada por la guerra y la traición de especie. El hecho de que Danae, la hija de Quaritch, estuviera allí en Pandora, viva y aparentemente aliada con él, era algo que debían reportar de inmediato.

Llegaron rápidamente a la base de su clan, donde su padre, Jake Sully, los esperaba. Ambos hermanos sabían que lo que estaban a punto de contar cambiaría el rumbo de las cosas.

Mientras tanto, Danae y su padre caminaban de regreso a su campamento, después de haber pasado un tiempo juntos junto al río. El ambiente entre ellos era relajado, casi cálido.

—Mañana saldremos a primera hora, Dae —dijo Miles Quaritch, con una voz grave pero suave. Era uno de los pocos momentos en los que se permitía ser simplemente un padre con su hija, dejando de lado su rol de comandante. —No te apartes de mi lado. ¿De acuerdo?— Había una preocupación latente en su tono, sabiendo que Pandora estaba llena de peligros, y no solo por los Na'vi.

—Lo sé, padre. Tendré cuidado y obedeceré tus órdenes— respondió Danae con un asentimiento. Aunque había pasado años lejos de él, se sentía segura a su lado, incluso si su relación era complicada. Sabía que, tarde o temprano, tendría que enfrentarse a la realidad de encontrarse con Jake Sully, el hombre que había sido su ídolo en su infancia. Se preguntaba si él la recordaría, si la reconocería después de tantos años, aunque ella lo había seguido admirando desde la distancia, incluso ahora que él era Na'vi.

Sus pensamientos se nublaron con la imagen de lo que podría suceder si se encontraban. ¿Cómo reaccionaría Jake al verla? ¿Y qué sentiría ella al verlo? No podía evitar sentirse dividida. Por un lado, su lealtad hacia su padre, pero por otro, la admiración que sentía por Jake y los Sully. El conflicto en su corazón crecía con cada paso que daba en el bosque.

Los pasos de Danae y Quaritch se entremezclaban con el sonido de las criaturas nocturnas de Pandora. Ninguno de los dos sabía que en algún lugar del bosque, dos Na'vi ya estaban informando a Jake Sully de su presencia. Una tormenta de emociones y conflicto estaba a punto de desatarse.