𝐇𝐲𝐩𝐧𝐨𝐭𝐢𝐳𝐢𝐧𝐠 ;; 𝙽𝚎𝚝𝚎𝚢𝚊𝚖 𝚢 𝙻𝚘'𝚊𝚔 𝚡 𝚘𝚌 | +𝟷𝟾

siete.

Lo'ak y Neteyam llegaron a su hogar con los corazones latiendo aceleradamente, el eco de su encuentro con Danae aún vibrando en sus cuerpos. No podían creer lo que había sucedido: habían hablado con ella, una humana, y no solo eso, habían quedado en volver a verla al día siguiente. Una sonrisa cómplice se formaba en los labios de ambos mientras se adentraban en la aldea, todavía embriagados por la emoción del momento.

— ¿Puedes creerlo? — susurró Lo'ak emocionado, sus ojos brillando con entusiasmo. — Mañana volveremos a verla.

Neteyam, más reservado, sonrió levemente, pero en su interior sentía lo mismo. Había algo en Danae que lo atraía, una conexión que no podía explicar, algo que iba más allá de lo que había experimentado antes.

Sin embargo, sus pensamientos fueron interrumpidos de golpe cuando una voz familiar rompió el silencio.

— Los vi.

Ambos hermanos se detuvieron en seco, girando al instante para encontrarse con su hermana, Kiri, quien los observaba con los brazos cruzados y una expresión de desaprobación en el rostro. Su mirada era penetrante, y los dos Sully supieron al instante que habían sido descubiertos.

— ¿Acaso perdieron la cabeza? — preguntó Kiri, acercándose a ellos, su tono bajo pero cargado de reproche. A pesar de la calma de su voz, la tensión era palpable.

Neteyam y Lo'ak intercambiaron miradas, incrédulos. No podían creer que su pequeño secreto había sido descubierto tan rápido. Pensaban que habían sido cuidadosos, que nadie los había seguido. Pero Kiri, siempre observadora, los había estado siguiendo desde que dejaron su hogar. Durante las últimas tardes, había comenzado a sospechar. Cada vez que decían que iban a cazar, regresaban sin nada, y eso solo había despertado más su curiosidad.

— Kiri, por favor... — Neteyam comenzó, tomando suavemente la muñeca de su hermana y guiándola fuera de la choza, donde sus padres no pudieran oírlos. Necesitaba que entendiera antes de que las cosas se complicaran. — No lo entenderías.

— ¿No lo entendería? — Kiri lo miró con incredulidad, su ceja arqueada mientras cruzaba los brazos con firmeza. — Vi cómo la mirabas, Neteyam. Y tú también, Lo'ak. Ya los tiene... no puedo creerlo.

Kiri se llevó una mano al cuello al recordar las veces que había visto a los avatares y humanos en combate, causándoles tanto dolor a su gente. Para ella, los humanos representaban peligro, y ver a sus hermanos tan fascinados por uno de ellos la alarmaba profundamente.

Neteyam frunció el ceño, intentando encontrar las palabras adecuadas para defender a Danae.

— Ella no es como los otros, Kiri. No es mala. — Su voz era firme, pero no podía ocultar la súplica en su tono. — Si fuera como los humanos que conocimos, ya nos habría delatado. Hubiera llamado a los soldados, o nos hubiera disparado. Pero no lo hizo.

Lo'ak asintió rápidamente, decidido a apoyar a su hermano. Aunque no era el más elocuente de los dos, sabía lo que sentía y estaba dispuesto a defender a Danae.

— Es verdad, Kiri —intervino Lo'ak—. Ella podría habernos traicionado en cualquier momento, pero no lo hizo. En su lugar, nos escuchó. Hablamos con ella como si no hubiera diferencias entre nosotros. — Hizo una pausa y, con una pequeña sonrisa, añadió: — Además, tú más que nadie sabes lo que es sentir algo por un humano.

Kiri se quedó en silencio, sus ojos ampliándose con sorpresa. Lo'ak había tocado un punto sensible, uno que ella prefería evitar. Su amor por Spider, el humano que había crecido entre ellos, siempre había sido algo que mantenía en su corazón, pero nunca lo había compartido abiertamente con sus hermanos. Sabía que no podían entender completamente sus sentimientos, pero Lo'ak acababa de exponer algo que la hacía vulnerable.