𝐇𝐲𝐩𝐧𝐨𝐭𝐢𝐳𝐢𝐧𝐠 ;; 𝙽𝚎𝚝𝚎𝚢𝚊𝚖 𝚢 𝙻𝚘'𝚊𝚔 𝚡 𝚘𝚌 | +𝟷𝟾

catorce.

Spider, parado al otro lado de la puerta, escuchó sonidos apagados, jadeos y risas entrecortadas que salían de dentro de la base. Se quedó en silencio por un momento, una mezcla de curiosidad y desconcierto cruzando por su rostro, hasta que se dio cuenta de lo que realmente estaba escuchando. Sus ojos se abrieron de par en par y se llevó una mano a la cabeza, sacudiéndola como para borrar lo que acababa de captar. Sabía que tenía que interrumpir, o terminaría con una imagen imposible de olvidar. Se aclaró la garganta y tocó la puerta, esperando no haber sido demasiado brusco.

— ¡Ya está listo el fuego! — exclamó desde afuera, con un tono de voz que dejaba entrever una pizca de vergüenza y desesperación.

Dentro de la base, el trío fue abruptamente sacado de su burbuja de intimidad. Danae, sonrojada, se había dejado llevar por la intensidad del momento, con los cuerpos de Lo'ak y Neteyam envolviéndola, su calor y sus caricias haciendo que se olvidara de todo a su alrededor. Neteyam había dejado una mordida en su cuello, y Lo'ak la había marcado justo debajo de su clavícula, reclamándola a su manera. Pero la voz de Spider los hizo detenerse, y ella, todavía atrapada entre ambos, soltó un suspiro resignado.

— No puedo hacer esto con Spider fuera — murmuró, tratando de recuperar la compostura, aunque una sonrisa aún se asomaba en sus labios.

Lo'ak siseó con frustración y se llevó una mano a la entrepierna, intentando calmar el deseo que le quemaba la piel. — Lo arrojaré de la montaña — dijo entre dientes, sin esconder su molestia. La sola interrupción le había causado una tensión incómoda, y ahora tenía que contenerse, aunque estaba claro que sus pensamientos seguían con Danae.

Neteyam, sin embargo, tenía una expresión más controlada. A pesar de su propio deseo, siempre lograba mantener una calma que a veces frustraba a Lo'ak. — Está bien, no lo haremos — dijo finalmente, aunque sus ojos seguían fijos en Danae con una intensidad que le aceleró el pulso. Una sonrisa traviesa apareció en su rostro mientras le guiñaba un ojo. — Pero aún falta que seas completamente mía. Es lo justo, ¿no?

Danae sintió que su rostro se calentaba al pensar en esa promesa. La noche anterior con Lo'ak había sido intensa, su cuerpo aún recordaba cada toque, cada movimiento, y el dolor sutil le recordaba la pasión que compartieron. Pero ahora, con ambos allí, uno a cada lado, la sola idea de entregarse a los dos al mismo tiempo le provocó un temblor en las piernas, una mezcla de anticipación y nerviosismo.

— No sé si podré soportar eso... — susurró, bajando la mirada mientras se mordía el labio. Su voz era apenas un murmullo, pero la escucharon y ambos compartieron una mirada cómplice.

Neteyam se acercó, sosteniéndola suavemente por la barbilla para que lo mirara a los ojos. — Confía en nosotros, Dae. No te lastimaríamos nunca, solo queremos darte el placer que te mereces — dijo, con una voz baja y profunda que resonó en el pecho de Danae, calmándola y encendiéndola al mismo tiempo.

Lo'ak, que ya estaba a punto de perder la paciencia, acarició la mejilla de Danae, sus dedos bajando lentamente por su cuello, sintiendo las marcas que él mismo había dejado en ella. — Solo espera a que estemos a solas, mi mujer — murmuró, haciendo que su tono sonara casi como una promesa.

Danae sonrió, un destello de picardía en sus ojos. — Entonces no hagamos esperar a Spider más de lo necesario. No quiero que realmente se tire de la montaña solo por no soportarnos más.

Riendo suavemente, Neteyam asintió y le dio un último beso en la frente, mientras Lo'ak, un poco más reticente, suspiraba antes de apartarse de ella. Los tres sabían que lo mejor era controlar sus impulsos por el momento, pero todos compartían la misma promesa silenciosa: el momento adecuado llegaría.