cuatro.

266 38 5
                                    

Lo'ak tomó del brazo a Neteyam antes de llegar a su hogar donde estaba el resto de la familia. Lo miró a los ojos, mostrando algo de nervios.

— Bro, no sé si deberías decirle a nuestro padre lo que vimos. Tú no viste cómo nuestra madre tenía a Spider con su cuchillo... casi lo mata. Ahora imagínate lo que haría con ella —dijo el menor de los hermanos, recordando el momento con angustia.

Neteyam, a pesar de la inquietud en el rostro de su hermano, sabía que tenían una responsabilidad con su familia y su clan. Soltó un suspiro, intentando ordenar sus pensamientos.

— Tenemos que decirle sobre Quaritch, Lo'ak. Pero ni una palabra de la chica. Sabes bien lo que pasó la última vez... y lo que es capaz de hacer. — Neteyam lo dijo con calma, pero una sombra de preocupación cruzaba por su mente. Recordaba el dolor de la cicatriz que los hombres de Quaritch le había dejado. No temía al coronel, pero lo que le inquietaba era la extraña mezcla de emociones que sentía por la hija de su enemigo. Y no ayudaba el hecho de que Lo'ak también parecía sentir algo por ella. Los celos no eran algo que Neteyam solía experimentar, pero esta situación era diferente.

— Estoy de acuerdo con eso. — Lo'ak asintió, sintiéndose más tranquilo ahora que el peligro de que la humana fuera descubierta por su madre estaba lejos. No podía negar que la chica lo fascinaba, aunque aún no sabía su nombre, ya la sentía como una parte constante de sus pensamientos.

Ambos llegaron a su hogar, donde su padre, Jake Sully, los esperaba con impaciencia, desde su regreso Jake había vuelto a ser el Olo'eyktan del clan y quien sería el próximo era Neteyam.. Sabían que lo que tenían que decir pondría en peligro la frágil tranquilidad que había mantenido la familia.

— Padre... señor, tenemos algo que decirle. — Neteyam fue el primero en hablar, su voz grave y serena, pero cargada con el peso de lo que estaba a punto de revelar. — Quaritch está con vida. Lo vimos en el bosque, al norte.

El rostro de Jake se endureció al escuchar el nombre de su antiguo enemigo. Sus ojos buscaron los de Neytiri, que ya había tensado los músculos de su mandíbula en una mezcla de furia y miedo.

— El demonio. — Las palabras de Neytiri se deslizaron con veneno. Nunca había perdonado ni olvidado a Quaritch, y el recuerdo de sus acciones aún ardía en su corazón. — Dijiste que había muerto, que lo habías visto hundirse en el océano. — Miró a su pareja, pero no para reprocharlo sabia que Jake nunca lo dejaría con vida.

— Lo vi morir. — Jake aún no podía creer lo que estaba oyendo. — ¿Están seguros de lo que vieron?

— Seguros, señor. Lo vimos. — Lo'ak intervino, su tono firme para disipar cualquier duda.

— Si Quaritch está aquí, los humanos no pueden estar lejos. Tenemos que alertar al clan y prepararnos. Esta vez, no vamos a huir. Protegeremos nuestro hogar, a cualquier costo. — Jake se puso de pie con determinación, preparándose para la batalla que sabían que se avecinaba. Esta vez, no permitiría que los humanos los expulsaran de su hogar.

Durante las semanas que siguieron, Lo'ak y Neteyam no pudieron sacarse de la cabeza a la misteriosa chica. Cada vez que podían, se escabullían para observarla desde lejos. A veces iban juntos, otras veces se turnaban, pero siempre con cautela para que su familia no descubriera sus escapadas.

En la base, Danae entrenaba con su padre. La diferencia de habilidades entre ellos era abismal, pero eso no le desanimaba. Sabía que, si quería sobrevivir en Pandora, tendría que volverse más rápida, más fuerte.

— Tienes que ser más rápida, Dae. Son casi el doble de tu tamaño, y más ágiles. Pero las armas son su perdición. — Quaritch daba por terminado el entrenamiento del día, sin dejar de mostrar su exigencia.

Danae asintió, agotada por el ejercicio. El sudor perlaba su frente, y cayó de espaldas al suelo, mirando el cielo sobre ella. Sus pensamientos vagaron hacia su hermano, Spider. Aunque apenas lo recordaba de bebé, el saber que había crecido con los Sully la inquietaba. ¿Sería posible que quisiera regresar con ellos? Pero existía esa pequeña esperanza ya que su padre estaba vivo gracias a él.

— Iré a correr, padre. Volveré en unos minutos. — Dijo cambiando su reserva de aire antes de salir de la base.

Correr por Pandora, lejos de todo, era su único momento de verdadera paz. Cuando llegó a un claro iluminado por la bioluminiscencia del suelo, se tumbó sobre la suave vegetación y cerró los ojos. Se dejó llevar por los sonidos del bosque: el murmullo del agua, los cantos lejanos de las criaturas nocturnas. Pero un crujido la hizo abrir los ojos de golpe. Se levantó de inmediato, con el corazón latiéndole en los oídos. Llevó la mano a su cintura, pero su arma no estaba ahí. Había olvidado su arma en la base. Lo único que tenía era una pequeña navaja.

— ¿Quién está ahí? — preguntó con firmeza, aunque el miedo se reflejaba en su respiración entrecortada. Observó con detenimiento a su alrededor, sus ojos finalmente fijándose en la figura de un Na'vi que la observaba desde las sombras. Un arco colgaba a su espalda.

No era solo uno, sino dos.

El pánico se apoderó de ella. Retrocedió, sintiendo el frío de la corteza de un árbol a su espalda. No había escape.

— Retrocedan. — ordenó, con la voz más firme que pudo, mientras apretaba la navaja en su mano.

Ambos Na'vi se acercaban con cautela, pero sin intenciones hostiles, lo cual la desconcertó. Al tenerlos tan cerca Danae fue la primera en atacar pero fue inútil. Neteyam en un rápido gesto, le tomó la muñeca con suavidad, desarmándola sin hacerle daño.

— Es tan pequeña... hermosa. — murmuró Lo'ak en su idioma, sus ojos brillando de fascinación mientras enrollaba uno de los largos mechones rojizos de Danae en sus dedos.

Danae estaba completamente paralizada. Notaba algo extraño en el Na'vi que tocaba sus cabellos; tenía cuatro dedos y rasgos que le recordaban vagamente a los humanos. ¿Era hijo de Jake Sully? La confusión y el miedo se arremolinaban en su mente.

Neteyam, quien la tenía sujetada, gruñó en dirección a su hermano menor, pidiéndole que la soltara. La expresión en su rostro era de autoridad, pero había algo más... algo que Danae no lograba descifrar. Sintió un escalofrío recorrer su espalda. El Na'vi que la sostenía la trataba como si fuera una pequeña presa.

Danae tembló. Los colmillos del nativo que la miraba de cerca le provocaron un miedo profundo, uno que no podía controlar.

 Los colmillos del nativo que la miraba de cerca le provocaron un miedo profundo, uno que no podía controlar

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

.....
Hola, hola. Me gustarían saber sus comentarios y qué esperan de esta historia. Ya que su opinión es importante para mí.

Gracias por su apoyo.

 𝐇𝐲𝐩𝐧𝐨𝐭𝐢𝐳𝐢𝐧𝐠 ;; 𝙽𝚎𝚝𝚎𝚢𝚊𝚖 𝚢 𝙻𝚘'𝚊𝚔 𝚡 𝚘𝚌 | +𝟷𝟾Donde viven las historias. Descúbrelo ahora