dos.

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El despertar de Danae fue un evento que nadie había anticipado. A sus diecinueve años, su cuerpo y mente permanecieron intactos en una criocápsula durante dos largas décadas. El frío letargo la había mantenido atrapada en el tiempo, mientras Pandora seguía cambiando a su alrededor.

Cuando finalmente abrió los ojos, lo primero que hizo fue inhalar profundamente, como si sus pulmones hubieran olvidado cómo hacerlo. Sentía el cuerpo entumecido, la cabeza pesada, y lo primero que sus ojos captaron fue la figura imponente de un hombre azul, de casi tres metros de altura, parado frente a ella. Su respiración se aceleró y buscó desesperadamente con la mirada una fuente de aire.

—¡Padre! — susurró con asombro, mirando la figura. Lo reconoció, pero no podía creer lo que estaba viendo. Era él, pero más azul, más... Na'vi.

Miles Quaritch, ahora en su cuerpo avatar, apartó a los científicos que la rodeaban, conmovido por verla finalmente despierta. Durante cinco años, había insistido en traerla de vuelta, sin importar el costo. Y aunque sabía que su reencuentro sería complejo, nunca se imaginó cuánto.

Danae intentó moverse, pero sus extremidades aún estaban adormecidas. Al mirar sus manos, sintió alivio al darse cuenta de que seguía siendo humana pero a su vez un poco decepcionada. El corazón le martillaba en el pecho, incapaz de comprender cómo su padre había cambiado tanto.

— ¿Qué pasó? ¿Cómo...? — comenzó a preguntar, su voz quebrándose por la confusión.

Miles, con cautela, se agachó a su nivel y la abrazó, aunque con torpeza, calculando su nueva fuerza para no hacerle daño. La diferencia de cuerpos era abrumadora.

—Mi pequeña — dijo con un tono sorprendentemente suave. — Tardaste mucho en despertar, cariño. Pero insistí. No iba a dejarte aquí, sola.

Mientras las lágrimas nublaban la vista de Danae, Miles le explicó lo sucedido: desde que él había sido transferido a su cuerpo avatar, había hecho todo lo posible por sacarla del largo trance en el que había caído. Los científicos dijeron que había complicaciones, pero cinco años después de su despertar, finalmente habían logrado traerla de vuelta.

Sin embargo, las respuestas no aliviaron su mente. — ¿Y Jake? ¿Grace y Norm? — preguntó de inmediato, incapaz de evitarlo. Las tres personas que habían sido como familia para ella.

El rostro de Miles se endureció al instante, su disgusto evidente. — Traidores — escupió con veneno. — Grace está muerta. Y Jake y Norm... Se ocultan en el bosque como cobardes.

El corazón de Danae se hundió. Aún recordaba el cariño con el que Grace la había tratado, y la amistad de Norm, tan cálida y fraternal. Jake... su primer amor y gran amigo. Era imposible que se hubieran vuelto enemigos. A pesar de lo que decía su padre, algo dentro de ella se resistía a aceptar esa versión de los hechos.

Las semanas siguientes fueron un torbellino de emociones. Danae tuvo que readaptarse a una vida completamente diferente. Su padre, ahora en su cuerpo de avatar, no la dejaba moverse sin su máscara de oxígeno. Sabía que el aire de Pandora era letal para ella, y aunque se sentía atrapada detrás del cristal, no podía ignorar la seguridad que le proporcionaba. A su vez, Miles intentaba que su hija recuperara sus habilidades en el campo de entrenamiento, y aunque los primeros días estuvo agotada, Danae pronto retomó su antiguo ritmo. Su padre incluso le había dado su medalla de coronel, un recordatorio de quién era y de la vida que había dejado atrás.

— Estoy lista para ir al campo, padre — dijo una mañana con frialdad en los ojos, algo que reflejaba quién era su verdadero progenitor. — Y no aceptaré un no por respuesta.

En el bosque de Pandora, mientras Danae se entrenaba para su primera misión, Neteyam y Lo'ak cazaban cerca de la orilla de un río. La paz que habían conocido los últimos años había sido interrumpida por esporádicos enfrentamientos menores con los humanos, pero nunca habían tenido bajas importantes. Cinco años habían pasado desde que regresaron a su hogar, y ambos jóvenes Na'vi habían crecido, transformándose en guerreros respetados y deseados por las chicas del clan, incluso de otros clanes.

Sin embargo, algo perturbaba a Neteyam mientras acechaban su presa. El mayor de los Sully era el más serio de los dos, siempre alerta, siempre pendiente de proteger a su familia y a su gente. Pero aquel día, una extraña sensación lo invadía, como si algo estuviera a punto de cambiar.

— No estamos solos — murmuró, haciendo que Lo'ak alzara la vista y se tensara.

— ¿Humanos? — preguntó Lo'ak, frunciendo el ceño.

— Algo más — respondió Neteyam, observando una pequeña nave de reconocimiento sobrevolar el área. Ambos hermanos siguieron el rastro de la nave hasta una base encubierta entre los árboles.

Fue entonces cuando la vieron. Danae estaba de pie, en silencio, observando el bosque a través de la ventana de la base. Aunque llevaba una máscara de oxígeno, que cubría parte de su rostro, la intensidad de su mirada y la fragilidad que desprendía su figura despertaron algo en ambos hermanos. Neteyam sintió un impacto inmediato, una atracción inexplicable hacia ella, casi como si hubiera estado esperando ese momento toda su vida.

Lo'ak, siempre el rebelde, se sintió de forma similar, pero no sabía cómo explicarlo. La forma en que Danae observaba el bosque con esa mezcla de fascinación y melancolía lo dejó sin aliento. A pesar de que era humana, algo en ella resonaba profundamente en su interior.

— Es... diferente — murmuró Lo'ak, más para sí mismo.

— Lo sé — respondió Neteyam, sin apartar la vista de ella.

Ambos sentían una conexión que no podían explicar, una atracción que trascendía la enemistad entre sus especies. Y aunque sabían que su padre, Jake Sully, nunca lo aprobaría, el destino parecía haber tejido un lazo entre ellos y Danae, uno que sería imposible de ignorar.

 𝐇𝐲𝐩𝐧𝐨𝐭𝐢𝐳𝐢𝐧𝐠 ;; 𝙽𝚎𝚝𝚎𝚢𝚊𝚖 𝚢 𝙻𝚘'𝚊𝚔 𝚡 𝚘𝚌 | +𝟷𝟾Donde viven las historias. Descúbrelo ahora