Harry no hubiera creído que tendría tanto calor en la selva amazónica en medio de la noche. Era sofocante, tenía la impresión de sentir el vapor del agua acariciando su cuerpo y no podría haber sido más desagradable para él. Se abanicó con la mano por enésima vez, en vano. El aire estaba tranquilo pero aún saludable, gracias a su compañero por eso. Al haber permanecido muy cerca de la casa carbonizada, el humo y el olor a madera carbonizada deberían haber seguido maltratándolos pero al final nada. El dragón sagrado cumplía con su deber inconscientemente, como siempre, purificando el aire a su alrededor. Lo cual seguía siendo irónico para un fumador empedernido. Harry no habría pensado que ya estaba tan cansado, pero la muerte de su oponente todavía pesaba en su mente. No lo olvidó, hubiera sido el hombre o él y la guerrilla no habría tenido piedad. Miró su arma la cual estaba limpiando cuidadosamente bajo el escrutinio de Kirishima quien probablemente no quería que terminara con un arma defectuosa en sus manos más tarde.
Al levantar la vista para mirar a su alrededor, Harry vio a Luna en los muslos de Fei Long. El chino todavía parecía un poco avergonzado por la falta de pudor de su compañero. Sin embargo, debería haberlo esperado, la rubia estaba marcando su territorio ante la presencia de Arbatov quien seguía observándolos, como perplejo. Como si se le hubiera escapado algo sobre el líder de los Baishe. Quizás sea así, pero normalmente su relación era tan acalorada que era complicado saber quién, qué y cómo. Harry asumió que era porque el ruso sabía que Fei Long se había acostado con Akihito. Quien era un hombre. Harry dio una sonrisa divertida a su pesar. El destino ofrecía a veces caminos extraños, si es que estos datos existían. Destino. Destino. ¿Ocurrió lo mismo del otro lado? Es difícil saberlo con seguridad. Harry volvió a su arma después de ver al hada besar a su compañera con entusiasmo. Saber que tenían la misma edad... Pero a veces el amor llega cuando no lo esperabas.
-¿No estás terminando, cariño?
Harry sintió más que vio a su alma gemela agarrar su arma. Dejó que sucediera, Ryuichi sabía mucho mejor que él cómo limpiarlo. Se lo devolvieron entero menos de un minuto después.
-GRACIAS. Luna lo hace a propósito, ¿sabes?
-Lo sospecho. Aunque me pregunto si es tan inteligente marcarte como presa.
Harry se encogió de hombros. En su opinión, era mejor que fuera ella, quien pudiera defenderse a pesar del gobierno mágico estadounidense, que Hermione, todavía dormida junto al fuego. Takefumi permaneció cerca de ella, paciente y afectuoso. Sin embargo, Harry sabía que el futuro emperador sólo estaba haciendo esto por él, los japoneses no habían apreciado el lado demasiado "expansivo" de la joven. Harry entendió, tuvo la humildad de no intentar fingir que sabía todo como ella, habiéndolo leído en libros. Y nuevamente, la morena se había calmado un poco.
-¿Sigues preocupada por ella?
-Sé que el medi-mago dijo que sus estadísticas eran buenas pero… Ella no llegó aquí por casualidad, Ryuichi. Pase lo que pase, no era algo que debería haber enfrentado.
-Sabemos que tus amigos son demasiado curiosos por su propio bien. Especialmente porque no estás ahí para cubrirlos.
Harry se apoyó en su compañero mientras se acomodaba y no se sorprendió al verlo sacar su paquete de manos de Dunhill. El humo apenas le afectaba, de hecho, como estaba con su dragón, apenas conocía el olor del producto. Ni siquiera su ropa estaba empapada. Su compañero lo protegió de los daños de su sucio hábito.
-No debería pasar mucho tiempo.
-Yo también lo creo, el bosque está demasiado tranquilo.
Asami exhaló el humo y observó cómo se elevaba tanto como podía hacia las copas de los árboles. Vio movimiento en el rabillo de su visión. Mijaíl Arbatov se estaba moviendo. BIEN. Finalmente iban a divertirse.
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Y bajo el sol naciente...
FanfictionCuando las cosas en Japón cambian la vida de un tal Harry Potter, ¿es para bien o para mal? En cualquier caso, está claro que el superviviente tendrá que aprender un nuevo idioma... ¡Entre otras cosas! Por supuesto, las obras originales pertenecen a...