Capítulo 23 : Capítulo 22: ¡A la caza!

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Akihito se despertó con el cañón de una pistola apuntando a su cabeza. Todo su cuerpo se puso rígido al adivinar quién lo estaba apuntando y por qué. Su corazón latía con fuerza, así que así era como iba a terminar. Sintió a Remus luchando a su lado, pero ni siquiera un hombre lobo tendría ninguna posibilidad contra el poder que Ryuichi Asami-Potter traía consigo. Intentó tragar saliva para decir una palabra, algo sabiendo que no tenía ninguna defensa viable. Parpadeó varias veces cuando se encendió la luz, lo sacaron de la cama y lo arrojaron sin contemplaciones al suelo. Afortunadamente, no había dormido desnudo. Debió haberlo sentido venir. ¿Quizás debería haber huido? ¿Pero dónde? Asami definitivamente lo habría alcanzado. No se podía escapar así de la mafia, ni siquiera con magia. Akihito miró todos los regalos en la habitación. No se sorprendió al verlos, ¿cómo podrían Kirishima, Suoh y Black mantenerse alejados? También encontró a su compañero encadenado por dos magos que tenían sus varitas apuntando a su nuca.

-No le hagas daño...

Akihito notó que su voz roncaba un poco.

-Remus no lo sabía... te lo ruego...

-¿Porque crees que funcionará, Takaba?

Akihito miró la mirada dorada de su antiguo amante, con lágrimas en los ojos. Sin embargo, no podía dejarlos fluir, sería inútil, no suavizaría al dragón sagrado que estaba frente a él. Se sentía tan pequeño y tan solo. ¿Dónde estaba el alma gemela de la criatura divina frente a él? Harry podría detener todo esto. Y este era sin duda el motivo mismo de su ausencia, Asami no quería que su joven marido se pusiera de su lado. Apretó los puños. Tenía que aguantar. Tenía que asumir la responsabilidad. Al menos para que un inocente no sea condenado por su culpa.

-Al menos tengo que intentarlo…

-Patético.

El fotógrafo sintió como si le hubieran abofeteado y miró hacia abajo. Vio por el rabillo del ojo que Remus estaba empezando a luchar de nuevo pero los dos magos lo aguantaban. Se lamió los labios buscando una solución. Tenía que haber uno. ¿Qué podría sugerir? Se sorprendió al recibir la respuesta.

-¿De verdad quieres compensar a Harry?

Akihito sacudió la cabeza varias veces en señal de aprobación. Si Harry lo perdonaba entonces Asami no tendría que intentar lastimarlo nuevamente. Sin embargo, también olía a misión suicida y no le sorprendería terminar en una trampa gigantesca. Sobre todo porque estábamos hablando de Mikhail Arbatov. El mafioso ruso tenía todo un carácter. Parecía juguetón pero era tan sádico como Asami, sólo que no de la misma manera. En cuanto a Yuri Arbatov, Akihito también le temía. En su humilde opinión, este hombre tenía poca o ninguna alma. Miró hacia arriba, tenía que estar preparado para lo peor. Aún esperaba que Harry intentara garantizarle algo de seguridad cuando se enterara de todo esto. Había encontrado una nueva deidad a la que rezar. A ver si esto le traería suerte con su estupidez y su impulsividad natural.

-¿Qué quieres que haga?

Asami quería decirle que muriera con un dolor insoportable pero no podía hacerlo incluso si la tentación era grande. Todo en él quería destruir a Takaba Akihito, sólo su compañero y este amado vínculo entre ellos sostenían su mano. Aunque normalmente sólo sacaba su arma para matar. No amenazó, ejecutó. Asami fue a sentarse en la silla, obligando al joven en el suelo a moverse para no perderlo de vista. No le importaba el hombre lobo que no había hecho su trabajo, tan débil e inútil. Si no fuera "familia" a los ojos de Harry, lo habría despedido sin sus manos. Y eso le habría hecho mucho bien. Odiaba las concesiones que estaba haciendo allí, pero el amor llevaba a cosas divertidas. No se había molestado en ponerse traje para esta visita. Habían trazado el plan y Takaba podría ser potencialmente un señuelo. Y pase lo que pase con la rubia decolorada, Asami no se sentiría culpable por nada.

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