-Engañaste a Lohanna.
-Pierrick, ¡te juro por mi vida, por todo lo que tengo, por mi misma magia que no quería hacer eso! ¡Me encanta, lo adoro!
Cornelius se sorprendió cuando su primo de matrimonio volvió a verlo después del encuentro de la tarde con la sagrada pareja. Había creído que seguiría evitándolo sin saber que eso era lo que el vampiro había planeado. Sin embargo, Pierre Castlewhite no podía negarle nada a Harry Asami-Potter y parecía que había hecho bien en obedecerle. De hecho, en el gobierno estaban sucediendo algunas cosas un poco turbias. Fue mucho más lejos de lo que había pensado. Incluso hubo algo de Imperio en esta historia. Como mínimo. Removiéndose inquieto en el reposabrazos de la silla donde estaba sentado, el director del colegio de Salem contemplaba al ministro atrapado en una debacle imposible de evitar. Contuvo su deseo de sangre, su compañero odiaba que bebiera de cualquier otro lugar que no fuera su garganta, lo cual entendía bien ya que no le gustaba que lo obligaran a hacerlo. Pero después de un día como ese, realmente no diría que no a unos cuantos tragos largos.
-Di algo.
-Cornelius, seguramente estás cargado de hechizos de compulsión, entre otras cosas. Tenemos que ir a San Mungo a quitárnoslos. O, alternativamente, ver a los duendes en Gringotts.
-Gringotts entonces.
Cornelius necesariamente eligió la solución más segura para él, obviamente. Pierrick se rió entre dientes, no era sorprendente aunque ver que el destino del país dependía precisamente de sus criaturas y no de sus magos era divertidísimo. Se puso de pie y se arregló el traje.
-Bien, te prepararás mentalmente, mientras tanto, yo le avisaré a Lohanna de nuestras dudas. Debes advertirle que no le abra la puerta a nadie.
-Esa es una buena idea.
Cornelius se levantó rápidamente y llamó a un elfo para que le trajera su capa y su bombín. Su estrés estaba casi en su punto máximo y se culpaba por no haber pensado en ello. Se había dicho a sí mismo que nadie se atrevería a lanzarle hechizos, pero si esa fue la primera idea que se le ocurrió a su prima, entonces debía ser así. Entonces en este caso ¿podría considerar que había sido violado? Porque realmente no había querido tocar a esta mujer. ¿Y ella pensó lo mismo? Él no lo sabía, toda esta historia lo perturbó enormemente. Luego, Pierrick regresó con su esposa pisándole los talones y Cornelius contempló a su Lohanna, con el corazón en el borde de los labios. Recibió una buena bofetada y se encontró inmediatamente después con su otra mitad en sus brazos. Ya no supo qué hacer cuando ella le dijo que entendía que algo andaba mal y que debería haber hablado con ella al respecto. Cornelius no estaba preparado para esto, ¿así que todavía podía ser perdonado? Sintió que las lágrimas brotaban de sus ojos, pero su primo hermano vampiro interrumpió el emotivo momento. Tratarlo es antes que las lágrimas y el alivio. Cornelius tuvo que admitir que efectivamente era cierto y media hora después estaba en manos de los duendes. Esperaba no tener que arrepentirse de no haber ido al hospital mágico.
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-Entonces Amélia, ¿alguna información que no tengamos?
Alderion sintió que su colega estaba realmente cansado e irritado. La pobre mujer debió pasar al menos dos meses en su celda sin saber si la iban a juzgar, si la iban a terminar liberando. Ni siquiera se le permitió conocer los cargos que se le imputaban. Amélia estaba semireclinada en un sofá, cuidadosamente tapada y con una taza de té en las manos. Su sobrina se hizo cargo de ella, lo que la molestó más, la joven tendría que prestar atención a su bebé y a ella. Alderion desvió la mirada cuando volvieron a discutir gentilmente, Amelia argumentó que no estaba discapacitada y que Susan estaba haciendo demasiado. Por tanto, notó la presencia de su compañero frente a las plantas de todo tipo que florecían en este jardín interior. Vio que el pocionista tenía muchas ganas de tomar algunas muestras y eso le hizo sonreír.
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Y bajo el sol naciente...
FanfictionCuando las cosas en Japón cambian la vida de un tal Harry Potter, ¿es para bien o para mal? En cualquier caso, está claro que el superviviente tendrá que aprender un nuevo idioma... ¡Entre otras cosas! Por supuesto, las obras originales pertenecen a...