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Soomin se encontraba sentada en la pequeña sala de estar de su casa, el corazón acelerado mientras miraba el reloj. Había estado preparando este momento durante días, dándole vueltas en su cabeza, ensayando lo que diría una y otra vez. Pero ahora que el momento había llegado, el nudo en su estómago parecía crecer más y más con cada minuto que pasaba.

Dios, ayúdame que no confío en mis decisiones. 

Había decidido que era momento de hablar con Jungkook de una vez por todas. No podía seguir ignorando lo que estaba sucediendo entre ellos. La distancia que se había creado, los celos y el cambio de su novio eran innegables. Porque era muy obvio que Jungkook había cambiado, o al menos, había revelado una faceta de sí mismo que ella nunca había visto antes en su ceguera de amor no correspondido por él donde simplemente le idealizaba. 

Y bueno, la situación con Taehyung solo había aumentado la tensión entre ellos, y Soomin sabía que ya no podían seguir así.

El sonido de la puerta principal siendo tocada suavemente la sacó de sus pensamientos. Jungkook había llegado justo a la hora que ella le envió por mensaje. Soomin respiró hondo, preparándose para lo que estaba a punto de hacer, era incluso más tenso sabiendo que Jungkook en unas semanas debería irse a la universidad. Se levantó de su asiento y caminó hacia la puerta, abriéndola con una sonrisa nerviosa.

— Hola —dijo ella, intentando sonar tranquila y dulce como a él le gustaba.

Jungkook la miró, sus ojos oscuros reflejando una mezcla de impaciencia y sospecha. Era obvio que él presentía algo.

— Hola. ¿De qué querías hablar? —preguntó con un tono que sonaba casi a la defensiva.

Soomin se apartó para que él entrara, cerrando la puerta detrás de él. Lo guió hacia el sofá, donde ambos se sentaron, aunque la distancia entre ellos se sintió mucho mayor de lo que realmente era. La incomodidad en el aire era palpable.

— Necesitamos hablar sobre nosotros —comenzó ella, su voz suave pero firme—. Las cosas han cambiado entre nosotros, Jungkook. Desde la fiesta, no hemos sido los mismos, y... no puedo seguir ignorando eso.

Jungkook frunció el ceño, su mandíbula apretándose ligeramente.

— ¿Las cosas han cambiado? —repitió con incredulidad—. ¿Te refieres a que has cambiado, Soomin? Porque yo sigo siendo el mismo. El problema aquí es que has cambiado y de repente todo gira en torno a Taehyung.

Soomin se quedó en silencio por un momento, sorprendida por la agresividad en su tono. No esperaba que él fuera tan directo tan rápido. No entendía como nunca notó esto sobre él.

— Jungkook, no es solo por Taehyung. Por Dios, esto va más allá. Hemos sido amigos durante años, y en todo ese tiempo, nunca habías reaccionado de esta manera. Nunca me habías hecho sentir como si tuviera que elegir entre tú y alguien más.

— ¡Eso es porque antes no había nadie más! —exclamó Jungkook, alzando la voz por primera vez. Se inclinó hacia adelante, con los ojos llenos de resentimiento—. Cuando éramos amigos, todo estaba bien porque solo éramos tú y yo.  La que rogaba y quien se divertía. Yo era tu mundo básicamente. Pero luego apareció él, y de repente ya no soy suficiente. Es como si ya no te importara lo que siento, solo te importa cómo se siente él.

Me rompe el corazón y no le importa, es increíble como me está hablando.

Soomin negó con la cabeza, tratando de mantener las lágrimas con el pecho adolorido.

— Eso no es verdad, Jungkook. Tú eres importante para mí, pero lo que ha estado pasando, como te comportas conmigo... tú no eres el mismo. Has estado siendo cruel, celoso, y manipulador. No eres el Jungkook que conozco. No te reconozco.

Autismo || KTH || En cursoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora