°07 | SEGUNDA PARTE°

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La palabra incomodidad procede del latín "incommodĭtas", integrada por el prefijo privativo "in" y por "commudus" a su vez integrada por el prefijo de unión "con" y por "modus" en el sentido de "modo" más el sufijo "dad" de cualidad. La incomodidad alude a la carencia de comodidad, o sea a estar en una que genera displacer o molestias, y las causas pueden ser varias.

Y esto viene a...

— D-discúlpame, Soomin. A las personas con autismo, no... nos va muy bien con el contacto f-físico. —susurra casi inaudible.

— Oh

¿Mencione ya que el silencio no me gusta? Pues ahora lo estoy haciendo yo,  que irónico. Pero es un tanto difícil de contestar a ello, soy bocazas y un loro en el cuerpo de una chica, pero no soy buena en temas de conversación serios. Ahora, jamás estuve en una situación con alguien como el, y que dijera tan directamente su... ¿Trastorno? ¿Padecimiento?. Ni siquiera se que es el autismo en si.

¿Se supone que debo sentir lastima o felicitarlo?

¿O ninguna? ¿Si quiera debo pensar en esas opciones como respuesta?

Mi cerebro hizo cortocircuito, se fundió. Que sea autista no representa un problema para mi, de hecho me interesa aun mas conocerlo, pero no se como se siente el respecto a ello. Según Hoseok, psicólogo en potencia, cuando una persona es diagnosticada con un trastorno o padecimiento, la personas tienden a sentirse inseguras o entrar en ciclo de autocompasión o depresión. No sabia como lo tomaba el pequeño Tae. Que de pequeño no tiene nada, me saca mas de una cabeza de diferencia de altura.

— Creo que esto es inútil, yo d-debería irme... —dijo levantándose con las manos en los bolsillos y la mirada en el suelo.

— ¡No! ¡Espera, espera! —dije tomando su muñeca, se detuvo y sus ojos viajaron al agarre que ejercía sobre el. Lo solté inmediatamente, como si su piel quemara, había dicho que no le gustaba el contacto físico. — No quiero ser pesada, enserio. Yo solo... No todos los días conoces a alguien como tu y... justo ahora tengo mas curiosidad de ti.

Su carraspeo me hizo tragar saliva nerviosa. No sabia que mas decirle, realmente estaba curiosa pero tampoco quería incomodarle. Mi metiche ser quería saber mas pero mi parte racional decía que me detuviera ya.

— No mientas.

— No lo hago, enserio no te vayas. Prometo no ser tan yo.

— ¿Que? —pregunta aun sin mirarme.

— Tan ruidosa, ya sabes. Hare lo que sea.

— No quiero estar aquí  —dijo desviando su vista a la puerta. Genial.

— Ahh —deje escapar aire algo desanimada— Lamento haberte hecho pasar un mal...

— Vamos a otro lado, p-por favor —dijo con sus mejillas levemente rojas y disponiéndose a irse. Claramente dijo "vamos" es decir que le acompañe. Sin esperar mucho le seguí y saliendo del local camine a su lado a una distancia prudente.

Su cabello se movía con una leve brisa mientras caminaba, su mirada era suave y sus ojos marrones tenían un brillo que me hacia envidiar unos ojos tan bonitos como los suyos. Eran hermosos. Y su rostro ni mencionarlo, parecía un angelito caído del cielo.

— Yo prefiero estar aquí... ¿T-te gusta? —Mis ojos se desviaron de su perfil al frente.

¡¿A que hora llegue a un parque?!

Estábamos en una zona algo descampada, ideal para cuando quieres venir y recostarte en el pasto, con vista a un bonito estanque de patos. Animales del infierno. Luego le mire de nuevo, sus ojos brillaban con mas intensidad al ver el lugar y una pequeña sonrisa tiraba de sus labios.

Su sonrisa debería ser ilegal.

— Me encanta —conteste refiriéndome al lugar pero, en mayor medida a esa bonita mueca en su rostro.






Han pasado 84 años, lo se. 

Perdooooon, el cap es cortito pero no me queda tiempo para nada.

Universidad, fuck u

Voy a tratar de traerles capítulos seguidos. Enserio discúlpenme.

—Jaz

Autismo || KTH || En cursoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora