Capítulo 12

1 0 0
                                    


—¿Cómo estás Julie? —preguntó una voz desde el altavoz

—Sigo viva, ya es ventaja cuando se trata de mi.

Se escuchó una pequeña risa

—Me alegra, por favor dime que has sido decente y no te has emborrachado como solías hacer.

—Lo lamento.

—Julie, teníamos un trato tú y yo, después de lo de Jeremy habíamos quedado que te controlarías cuando tomaras.

—Lo sé, y en verdad lo siento Henry. Créeme que con la poca dignidad que me queda es más que suficiente como castigo.

Tenía algunas galletas recién horneadas conmigo, y Ginger encima de mi rogándome que le diera un poco

—Solo un pedazo Ginger —susurré—. Ajá, te decía

—¿Quién es Ginger, Julie?

—Mi perrita.

—¿Tienes mascota? ¿En dónde la conseguiste?

—Fue un regalo, de un amigo.

—Con que amigo, Julie a mí no me haces tonto. ¿Solamente un amigo?

—Eso creo

—¿Cuánto tiempo llevan saliendo?

—Semanas o quizás meses no estoy segura, pero no somos novios, han sido citas casuales, ni quiera nos hemos besado.

—Te apuesto que pronto lo harán, ya fue mucho tiempo


Me lo imaginé cruzándose de brazos, tal como lo solía hacer cuando le contaba que estaba saliendo con Jeremy, o las veces que tenía citas con otros chicos. Creo que es una ventaja de tener hermano mayor, me daba consejos de estas cosas, y siempre que decía que algo iba a pasar, pasaba.

«Henry desarrolló el poder de las mamás»

Solo diré que es muy inteligente el chico

—¿Está guapo por lo menos?

—Sí, es algo atractivo, no suele ser mi tipo, pero no negaré eso.

—Déjame adivinar chico rubio, ojos azules, alto, juega futbol americano.

—Casi, juega beisbol y es de ojos grises.

—Deportes, tu especialidad Julie.

—Ya lo sé, he ido a sus partidos de hecho.

—¿Tú, yendo a partidos? Wow, en verdad debe de gustarte este chico

—Quizás un poco.

—Ja, por fin lo admitiste. —Se escuchó su risa maliciosa de fondo

—Vale, si me gusta

—Bueno, ya estás un paso más adelante. Tengo que colgar hermanita, voy a ayudar a mi esposa a hacer unas cosas.

—Nunca dejas de decir que tienes esposa.

—Es un gran logro tratándose de mí. Besa a ese chico por favor, te quiero Julie.

—Yo igual.


Colgué el teléfono y miré a Ginger

—¿Qué haremos tú y yo? Ver una película suena una buena idea. Invitaría a Nate, pero necesito superar lo del beso que no me acuerdo para verlo de nuevo.

Ginger recostó su cabeza en sus patitas

—Si pienso lo mismo, solas no está divertido a veces. Llamemos a Ty-Ty

Una Noche en ParísDonde viven las historias. Descúbrelo ahora