La cabaña . 🏠

22 7 2
                                    



El caballo se encontraba atado en uno de los árboles que estaban a las afueras de la cabaña.

—¿Iremos en un solo caballo?

—Creo que Izzy no pudo conseguir un segundo caballo.

—¿No será mucho peso para el animal?

—Ella me dijo que podía con los dos, es un caballo de trabajo pesado así que adelante.

Alec se quitó el bolso y lo monto en el lomo del caballo, luego se subió para darle la mano a Magnus.

—¿Voy a ir atrás?

—Si deseas ir adelante no tengo problema —contestó con una sonrisa pícara.

Magnus tomó impulso y se montó con cierta habilidad.

Acércate un poco.

Magnus se rodó hasta quedar pegado por completo en la espalda del chico. Alec jaló sus manos para que lo abrazara, en las puntas de sus dedos podía sentir el abdomen duro de su pareja.

Sujetate bien vamos a correr un poco.

—Bien —Apretó un poco los brazos.

El caballo se puso andar a una velocidad que sorprendía a ambos. Recorrieron un gran techo entre el bosque. Se detuvieron para poder comer y poder descansar un poco. Ya para el amanecer habían llegado al siguiente pueblo. Con rapidez buscaron al regidor.

Buenos días, los estuvimos esperando desde la noche.

—Es un trayecto un poco largo —Alec sonrió.

La señora Lewis, me indico que necesitaban llegar a Ciudad Jardín.

—Sí.

—Tengo entendido que ya La Clave fue avisada sobre la fuga, así que deben ser más cautelosos —el hombre los guío hacia el comedor— hoy y mañana van a descansar aquí...

—¿No sería mejor partir ahora? —Magnus se sujetó de Alec.

No, hasta mañana tenemos fiesta en el pueblo y los siervos están por llegar, así que será más fácil que los consigan.

—¿Dónde nos vamos a quedar?

—En la parte de atrás del Palacio de Justicia, hay una pequeña cabaña con un lago. Por lo general nadie va a ese lugar en las fiestas.

—¿Tiene algo especial ese lugar? —Alec lo miro.

Dicen que para esta fecha salen unos espantos...

—¡Quééééé! —ambos exclamaron al unísono.

Son cuentos de camino para poder ahuyentar a la gente para estás fechas —sonrió—, a veces hasta el regidor necesita paz.

—Ya comprendí —Alec le regreso la sonrisa.

Le voy a indicar al mozo que los llevé después del desayuno.

—Gracias.

—Pueden andar tranquilos por la laguna, como les dije en estas fechas los terrenos están embrujado.

Terminaron de comer para seguir a un joven apuesto que no dejo de lanzarle miradas provocativa al más alto haciendo que su pareja se sintiera incómodo. Al intentar comportarse como se debía, Alec tomó las caderas de su novio y lo jaló a su lado para llevarlo con él y demostrar que no estaba solo. Al llegar a los terrenos el chico empezó a caminar rápido con algo de miedo.

Destinados . 😇😈Donde viven las historias. Descúbrelo ahora