Destinados . 😇😈

La visita . 🏡

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El atardecer había tocado la ventana de la cocina donde estaban los chicos cenando con todas las cosas listas.

—¿Ya estás listo?

—Sí, aunque estoy un poco nervioso.

—Lo sé, pero vamos estar bien.

—Voy a lavar los platos.

—Deja eso así...

—¡Cómo voy a dejar los platos sucios!

—Debemos irnos ya.

—No, primero limpió y luego nos vamos.

—¿Por qué?

—No puedo, es mi tarea además que van a decir...

—No te preocupes por eso...

—Por favor, sé que es tonto, pero para mí es importante.

—Bien, voy a cambiarme y te vengo a buscar.

—Gracias —lo beso con cariño.

Magnus limpio rápido todo dejando cada cosa en su lugar en tiempo récord. Al terminar decidió ir con Alexander. Caminó con seguridad por el pasillo hasta llegar a la habitación, con cautela tocó la puerta, para escuchar el permiso.

—Ya estoy listo.

—Déjame tapar bien la herida.

—Te ayudo.

Magnus se acercó para terminar de curar la herida, tomó una tela que estaba en la mesa de noche y lo fue cubriendo poco a poco. Alec acarició su mejilla para que lo viera a los ojos, se acercó a él y lo besó. Una pequeña sonrisa se vio en los labios del moreno.

—Eres hermoso —volvió a besar.

Magnus se separó un poco sonrojado.

—Creo que debemos irnos.

—Sí, ¿me puedes ayudar a colocar el bolso en la espalda?

—¿En dónde está?

—Ya está fuera del Instituto.

—Vamos entonces.

Con cariño sujeto la mano libre de Alexander para dejarse guiar por los pasillos. Ayudo al pelinegro a mover la estatua que escondía la puerta.

—Déjame entrar a mí primero, bebé.

Magnus lo obedeció colocándose de un lado. Alec entro haciendo camino entre los escombros. La puerta la pudo ver al final, estaba entre abierta.

—Vamos cariño, casi llegamos.

Lo ánimo para que siguiera, al estar justo en el umbral Magnus se quedó estático había algo que no le permitía salir.

—Vamos amor no tengas miedo.

—Si doy un paso más no podré regresar —en sus ojos había temor.

—No temas...

—Si tú me faltas no tendré a donde ir.

—Magnus te juro que no te dejaré ir.

—No... no —su respiración se aceleró.

Alec lo soltó, al ver que el moreno retrocedía caminó hacia él para subirlo en su pecho para besarlo con pasión y algo de fuerza. Al estar seguro que el chico no se movería lo sacó del Instituto, escuchando un gemido de dolor en el pequeño. Con rapidez lo bajo, pero el cuerpo de Magnus cayó en el piso.