Portada:
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La cabaña del misterio, usualmente un refugio para la familia y amigos, estaba llena de una calma extraña. Dorito había estado sintiéndose inquieta durante varios días. Algo en su mente la carcomía, una sensación constante de perder el control, como si algo oscuro y peligroso estuviera a punto de desatarse. Benja notaba su agitación, pero cada vez que intentaba hablar con ella, Dorito cambiaba el tema o se retiraba a su habitación.Esa noche, algo inusual ocurrió.
Dorito estaba afuera, mirando el cielo nocturno desde el patio trasero. El aire fresco solía calmarla, pero esta vez no ayudó. El pánico la invadió sin previo aviso, y antes de que pudiera hacer algo para detenerlo, sintió cómo una fuerza oscura comenzaba a apoderarse de su cuerpo. Perdió el control de sus pensamientos y, antes de que se diera cuenta, sus manos se convirtieron en puños temblorosos, llenos de una rabia desconocida.
Dorito se lanzó hacia el bosque, lejos de la cabaña, y su cuerpo empezó a liberar una energía descomunal. Cada paso que daba hacía temblar el suelo bajo sus pies, y su mirada estaba perdida en la ira. Montañas empezaron a temblar en la distancia, árboles eran arrancados de raíz mientras su poder destruía todo a su paso.
Benja, alarmado por el caos, salió corriendo tras ella. Sabía que Dorito estaba en peligro, pero también sabía que tendría que enfrentarse a algo mucho peor: su amiga, convertida en una fuerza imparable de destrucción.
Cuando Benja la alcanzó en lo profundo del bosque, la vio destrozando todo lo que la rodeaba. "¡Dorito, basta!", le gritó, pero no parecía escucharlo. Sus ojos ya no eran los de su amiga; estaban llenos de una ira descontrolada, una versión malvada de sí misma había tomado el control.
La batalla comenzó sin previo aviso. Dorito, completamente consumida por su alter ego malvado, lo atacó sin piedad. Los golpes que intercambiaban hacían temblar la tierra. Cada vez que Benja intentaba razonar con ella, Dorito malvada lo interrumpía con una pregunta cargada de veneno: "¿Qué eres para mí, Benja? ¿Por qué no me abandonas como harían todos los demás? ¿De verdad crees que vale la pena salvarme?"
Benja, jadeando por el esfuerzo, sabía que esta no era la verdadera Dorito hablando. Era esa parte oscura que intentaba desmoronarlo. Pero él no se rendiría. Con toda la fuerza que le quedaba, le gritó con una sinceridad que le salió del alma: "¡Yo nunca te abandonaría! No importa lo que pase, siempre estaré aquí para vos, porque confío en vos más de lo que confío en mí mismo."
Dorito malvada se detuvo por un segundo, sorprendida por la respuesta. Nunca había esperado escuchar eso. Pero antes de que pudiera procesarlo, volvió a lanzarse al ataque, furiosa.
El momento culminante llegó cuando Benja, a pesar de estar herido y al borde del agotamiento, se lanzó hacia ella y la abrazó con fuerza, apretándola con todo su ser. "Por favor, Dorito", sollozó. "No me dejes... No te vayas. Volvé conmigo."