¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
------------------------------------------------------------- El grupo se materializó en un nuevo mundo, uno que parecía una película en blanco y negro, pero con un matiz peculiar en el aire que creaba una sensación inquietante. Las sombras se alargaban de formas extrañas, y el silencio era casi palpable. De repente, un mimo surgió de una multitud de personas que vagaban sin rumbo, presentándose con una reverencia exagerada. "¡Mimísimo, el mejor mimo de la ciudad!" proclamó, su voz imitando una risa silenciosa que resonaba en el ambiente sombrío.
Intrigados, Benja, Dorito, Mabel y Dipper se acercaron al mimo, deseando obtener información sobre los padres de Dorito. "¿Has visto a mis padres?" preguntó Dorito con ansias. Mimísimo sonrió de manera enigmática, sugiriendo que debían dirigirse a la dimensión del jefe. "¿Él es tu jefe?" inquirieron los jóvenes, sorprendidos por la respuesta. "¡Claro que sí!" exclamó el mimo, su risa resonando con una mezcla de arrogancia y diversión. "Espero que sepan lo que eso significa."
Los condujo a un callejón, un lugar oscuro y misterioso donde los mimos realizaban sus espectáculos. La atmósfera cambió de inmediato. "El gordo no les resultará tan complicado, pero conmigo vivirán un infierno en vida", anunció Mimísimo, haciendo un pequeño sapateo que provocó ecos en las paredes del callejón. Los rostros del grupo se tornaron serios. Benja y Dorito comenzaron a discutir estrategias, pero el mimo, con su estilo extravagante, no les permitió planear.
Imitando una cuerda que se arrojaba hacia Dorito, ella sintió cómo su cuerpo era atado de manera invisible. En un intento de liberarse, saltó y comenzó a volar, gritando: "¡Cuidado, Benja! Puede imitar cualquier arma y usarla en nuestra contra". Benja, con una determinación renovada, respondió: "No hay problema. Haré que este malnacido nos deje pasar más rápido de lo que crees".
Con una mirada de preocupación, Dorito se preparó para proteger a Benja, pero Mimísimo no perdió tiempo. Con una sonrisa maliciosa, imitó una espada y la blandió hacia Benja, quien, con un movimiento ágil, esquivó el ataque. En un instante de inspiración, Benja hizo unas poses con las manos, cerrando los ojos mientras invocaba: "Menma - Gran rey Mono". Al instante, un humo denso se dispersó, revelando la llegada de Menma.
"¿Cuál es el plan?" preguntó Menma, sus ojos fijos en la pelea en curso.
"Debemos hacerlo hablar", explicó Benja. "Noté que sus poderes se anulan si emite sonido. Necesitamos sorprenderlo para que suelte una palabra y así podamos vencerlo".
Menma asintió, sintiendo la responsabilidad que conllevaba su invocación. "Bien, Dorito, Benja, escuchen. Me encargaré de él. Ustedes traten de hacerlo hablar. No se preocupen por mí; he luchado con oponentes peores". La determinación de Menma llenó el aire mientras se preparaba para enfrentar al mimo.
Mimísimo, al notar la aparición de Menma, se sintió abrumado, pero su arrogancia lo llevó a continuar atacando. Lanzó un hacha imaginaria hacia Menma, quien con un salto acrobático se apartó y extendió su lengua, que se estiró de manera sorprendente, frenando el ataque. "No puedes vencerme tan fácilmente", retó Menma, su sonrisa desafiando al mimo.
