➕EPÍLOGO➕

48 7 55
                                    

Judith...

Políticos, empresarios, famosos... gente poderosa pisoteando miles de vidas, usando la palabra "Dios" para crear a personas que accedan a todos sus bajos deseos, a sus más asquerosas fantasías.

El dinero y las creencias lo construyó todo y el haber destruido eso nos tiró a esa gente de enemigos, buscando nuestras cabezas sin saber quiénes somos por el simple hecho de reducir todo a cenizas.

No sé salvaron ni los niños, no podíamos salvarlos pese a ser pequeños, no podíamos a salvar a seres que veían tales actos con normalidad y que se reían de estos, que veían algo a lo que aspirar cuando sean grandes.

Vivir eso los convertía en futuros demonios.

Toda la red de poder detrás de esto sigue persiguiéndome. Siguen buscando a Judith...

Las noticias una vez se salió de control el incendio fue lo más indignante. Lo recuerdo bien.

Habíamos llegado a una casa donde estaba una mujer ya adulta, enferma. Nos dejó quedarnos, Nanami dijo que era de confianza, y yo confíe en ella. Me metí a bañar y la señora pese a dificultársele caminar me tendió ropa que dijo era de su hermana Martha, y ahí lo entendí todo y sentí dolor en mi pecho.

Aquella señora sabía lo que habíamos pasado y se portó muy empática pese a su situación, quería llorar por cualquier cosa que sea el sentimiento que albergaba mi pecho. Me cambie, y mientras la señora conversaba sobre cosas de su juventud, yo miraba hacia la televisión; las noticias internacionales que pasaba el canal.

La señora peinó mi cabello alagándolo en el acto y:

Un incendio forestal arrasó con el bosque de **** a las afueras de la ciudad de****. Se presume que un campamento de jóvenes en el lugar ejerció una mala gestión del fuego y terminó dispersándose terminando con gran parte del terreno, está controlándose todavía en pequeñas cantidades, no se han registrado personas heridas o víctimas del hecho... a continuación...

¡A continuación? ¡¡¡¿¿¿A continuación???!!!

¡¿Qué había a continúa?!

Faltaba una estúpida cantidad de información que no se rebeló, las muertes en el pueblo, el convento en ruinas, las novicias; las pruebas que habían quedado...

Y sentí un gran odio, resentimiento y pese a estar lejos, miedo. Porque si quisieran hacerme algo de nuevo, no se sabría nunca gracias a las influencias de esa gente.

—Nena, ¿Qué pasa?

—N-nada...

Se percato de la razón de mi descuido a su tema y cambió de canal, cosa que agradecí.

Pasé escondida ahí sin casi salir durante ese año, con visitas nulas de mis padres y pocas de los amigos de Nanami. Sin mucha emoción, pero con muchas pesadillas.

Necesitaba ayuda y Nanami lo sabía. Él, que se quedó a mantenernos a la señora y a mí, ella se convirtió en un gran apoyo emocional, la quería muchísimo. Pero fue un error ya que al año y cinco meses murió por su enfermedad dejándome como herencia su técnica para tejer y en mi pecho un gran vacío, pues con el tiempo me encariñé demasiado.

No pude ir al hospital antes la grave pesadilla que significaba recordar todo por esas paredes blancas, por miedo a que me vean y reconozcan. Ni al cementerio por lo incontrolable que estaba, con mi ansiedad que se tornaba agresiva. La soledad me embarcó, venían los amigos de Nanami, pero no era suficiente. Nanami era el único apoyo en las noches y cuando no estaba moría desconsolada con ataques de miedo sin sentido y ansiedad que hacía lastimarme.

La angustia fue aún peor cuando se me reportó desaparecida y tocaron mi puerta.

—¿Usted es Judith?

—S-si entre por favor...

Cuando Nanami llegó estaba llena de sangre e incontrolable, quise matarlo con el mismo cuchillo con el que había cortado a la persona que preguntó por mí.

Desde ese momento no me sentí apta para vivir con él ni con nadie. Después de un tiempo, Nanami me entregó una credencial, era una cédula... que no decía Judith, sino que decía:

Alejandra Murgeth.

20 años de edad.

Era una nueva persona a la que no intentarían buscar. Que en su foto no era Rubia sino pelinegra, pero era mi cara.

–¿Qué es esto? ¿por qué?

—Muestrales esto si te confunden, no les será fácil encontrarte ahora. Tu vida siendo Judith ha sido borrada de registros, ya no existes. Y si quieres existir, ahora eres Alejandra Murgeth.

Esas palabras cambiaron por completo mi vida. Mi percepción, pero no borró las secuelas de lo vivido.

Voluntariamente, con su apoyo quise buscar ayuda, pero dio como resultado que se me encerrara y tras recaídas ese proceso duró cuatro años. Mentiría si diría que no me siento vacía o sin rumbo, sin ganas de nada; pero ese es solo el precio que me impuse a pagar.

—¿Qué sientes al pensar que ellos vendrían por ti de nuevo?

—Ansiedad... pero puedo controlarme; es solo un pensamiento.

—Bien... ¿Qué pasaría si te encontraras con la Madre superiora?

La mataría, pienso decir, pero no quiero que me vuelva a encerrar. Quiero ir a casa.

—No lo sé, me daría miedo, pero quisiera evitarla, he mejorado mucho como para dejar que me infringiera temor solo con verla.

—¿Estás segura de salir?

Me mira y asiento. Mi psicóloga es la única que sabe un poco de mi historia, no todos los detalles, pero sabe que viví cosas que me dejaron mal.

Me sonríe.

Después de unas horas una enfermera viene a verme y me lleva a la sala de espera del edificio. Busco en el lugar con la mirada y encuentro a Kento esperándome. Tiene una gabardina negra y larga tapando los tatuajes de sus brazos y en sus ojos siento calidad.

Viene a mi sitio, carga mis cosas y me despido rápido antes de largarme de ese sanatorio en que habían pasado muchas cosas...

Al parecer yo era un imán de experiencias traumantes.

—¿Nos vamos, Nena? —Lo miro desde abajo, intimidada.

—Sí...

La luz del sol me pega en la cara, he visto mucho y a la vez tan poco que siento al sol como un reflector de señalamiento que delata todo lo que viví y lo que hice; pero con kento a mi lado, un demonio más, todo eso vale nada.

—¡Hola niña! Buen día, vengo a predicarle la palabra del señor, estamos a unos pocos kilómetros de aquí, nuestra iglesia es una comunidad unida, somos nuevos y queremos que nuestros hermanos asistan y la comunidad crezca... permítame que le predique un poco...

Y antes de que hable más la detengo:

—¡Señora! –Se detiene y me mira fijo.

—¿Sí niña?

—Váyase a la mierda...

-----------------------------------------------------------------------

¡HOLA!

A mi niña la volvieron grosera, pido disculpas por el "vayase a la M" jsjsjsjs

Voy a publicar mis debidos agradecimientos en una próxima parte donde daré algunos datos y podrán hacer preguntas respecto a la historia.

Gracias por sus comentarios, pienso publicar algunos extras que van a estar BOMBA. Pensé que me liberaba de esta historia pero no la puedo soltar.

(Vayan a darle una checada al último capitulo porque no se han guardado todas las cosas que le hice, coraje con wattpad)

L@s amooo.

Gracias por todo.

Besos.

Hasta la próxima.

JM

PADRE ~NANAMI KENTO~ TERMINADADonde viven las historias. Descúbrelo ahora